La nueva normalidad de los estadios
Los recintos se preparan para los cambios del fútbol: primero a puerta cerrada, luego con aforo reducido y por último, con medidas para evitar aglomeraciones
El regreso de la competición ha obligado a tomar medidas importantes que se alargarán durante meses, algunas para siempre. AS recoge la opinión de expertos en marketing, tecnología y arquitectura para analizar cómo será esta nueva realidad del fútbol a corto, medio y largo plazo.
La llamada ‘nueva normalidad’ arroja muchas dudas sobre qué nos vamos a encontrar en los estadios en el futuro. Durante unos meses el contexto está definido: no entrarán espectadores, lo cual ya genera una serie de incógnitas. ¿Y después? Ya se valora que tras el verano vuelva a entrar público de forma progresiva. A falta de certezas, se intuyen cambios, unos provisionales y otros permanentes, en cuestiones de aforo, de marketing y, sobre todo, tecnológicos.
“De momento, lo importante es ver qué va pasando con las competiciones y a qué te enfrentas”, explica David Brabender, director de Servicios de Marketing de You First Sports. Por lo pronto, toca un fútbol a puerta cerrada, con la consiguiente pérdida de ingresos y de ambiente. “Un reto será mantener el espectáculo al mismo nivel con las gradas vacías”, prosigue. Ante esta carencia, Tebas comentó: “Estamos trabajando temas modernos e imaginativos”. Por ejemplo, proyectar tuits y publicidad virtual sobre esos asientos que harán de soporte. También se trabaja en los silencios, que afectarán a los jugadores y las retransmisiones por tele y radio.
Un plan es acoplar sonido ambiente grabado.
El Grupo Lavinia, Pausoka y NEP propusieron a LaLiga una alternativa: un público virtual incorporado mediante realidad aumentada. Mismos colores, mismos gritos... “Queremos que esos ‘espectadores virtuales’ reproduzcan los hábitos. Que los seguidores del Espanyol tengan su ‘minuto Jarque’ y los del Sevilla su himno...”, desarrolla Ignasi Marcet, director de nuevos negocios de LaviniaNext. “Los clubes estarán más abiertos a nuevas tecnologías. Pero no sólo en los estadios sino en las retransmisiones y en la experiencia visual en casa”, insiste Brabender. La tecnología será fundamental, tanto en esta etapa sin público, como cuando vaya entrando.
La empresa IdSports trabaja en la aplicación de tecnología a eventos deportivos y Joaquín Costa, CEO de la compañía, asegura: “Mucha mejora pasa por la digitalización de los procesos de los asistentes”. Por ejemplo, para distribuir y separar al público cuando se abra con aforo reducido. “Nuestro sistema basado en big data puede discretizar si las personas suelen ir solas o acompañadas, si van con familiares para que puedan seguir sentándose juntos...”, describe Costa. También podrá usarse para repartir los partidos entre los abonados, que podrán ir a uno de cada dos o tres.
Así, cuando el hincha empiece a recuperar su espacio en los estadios, los clubes habrán avanzado en su acondicionamiento. No sólo se trata de guardar la distancia física, sino de reducir los contactos con objetos. Por ejemplo, IdSports ofrece y recomienda el modelo ‘cashless’, sin dinero en efectivo. Pagar y reservar a través del carné de socio o del móvil.
Unido a puertas de apertura automática como las que se ven en muchas tiendas, detectores de movimiento para encender luces o dispensar jabón…
Por otro lado, toca preparar los recintos para una experiencia del aficionado sin aglomeraciones. “Imagina que en tiempo real te pueden decir el estado de los baños o de las barras. O que te puedan llevar lo que pidas para que no te tengas que levantar y puedas seguir disfrutando del partido”, agrega Joaquín Costa, de IdSports.
Y los estadios también vivirán cambios estructurales, sobre todo los que están en proyecto. Y los accesos y los exteriores, donde se acumula gente. “Con esta pandemia, surge un nuevo concepto de seguridad diferente al de evacuación, que es la seguridad sanitaria. Las condiciones de diseño se revisarán”, explica Blanca Sánchez, arquitecta de Cruz y Ortiz y directora del proyecto del Wanda Metropolitano, que añade: “Apoyarnos en la tecnología permitiría cumplir las recomendaciones”.
Y desarrolla: “El espacio exterior deberá estar sectorizado para evitar aglomeraciones y surgirán sistemas para formar colas seguras. Los accesos se deberán proveer de mecanismos de control más allá del torno, para medir temperatura, etc. Los espacios de circulación deben ser amplios. El acceso a los aseos tendrá puertas y permitirá entrar y salir de manera independiente para evitar cruces de personas”.
Quizá los cambios afecten incluso a los aforos. “Seguramente se reducirá el número de espectadores y, al igual que se prevén espacios para personas con discapacidad, se establecerán áreas para otros grupos, como familias o de riesgo”. Muchas novedades para un nuevo fútbol en el que, en todos los casos, las dudas están en distinguir si las medidas y esta nueva realidad serán provisionales o para siempre.
Al 30% El ‘big data’ podrá decidir quién va a los partidos y dónde se puede sentar
Previsión Se trabaja en aplicaciones para saber si hay gente en los baños o en las barras
El otro día estuve viendo el partido de la Bundesliga entre el Borussia Dortmund y el Bayern de Múnich. Por razones técnicas, lo seguí con la locución en inglés, a través de la cadena norteamericana FOX Sports. Era un partido importante, que podía sentenciar el título de liga alemán: nada mejor para saciar mi sed de fútbol. Cuando el árbitro pitó el inicio, enseguida me dejé llevar por el amarillo y el rojo de los dos rivales, el juego vistoso. Borussia y Bayern empezaron con ganas y en el primer minuto Haaland ya tuvo una ocasión. Quizá por eso tardé un rato en darme cuenta de los gritos y cánticos. Resulta que los editores de la transmisión añadían al juego una banda sonora de fondo, un griterío que parecía jalear a los jugadores. El efecto era casi paranormal: ver las gradas vacías y oír al mismo tiempo a unos aficionados fantasma animando. Además, no siempre se correspondía la emoción con el ruido, e incluso se podían escuchar silbidos que no iban dirigidos a nadie, ni siquiera al árbitro.
odo sea por el espectáculo, me dije, he aquí un partido jugado en playback, pero al final terminé silenciando ese ruido y con él a los locutores. Sin embargo, cuando Kimmich consiguió su golazo para el Bayern, me faltaba algo y aumenté de nuevo el volumen: alguien, en alguna sala de edición, estaba añadiendo una celebración eufórica (aunque no tuviera mucho sentido en el estadio de Dortmund).
LTLos jugadores deberán hacer ese esfuerzo añadido: imaginarnos ahí en las gradas
a estrategia de reforzar el espectáculo con los gritos de la afición parece tratarnos de ingenuos, pero es una rareza más de lo que veremos estos días, igual que ese partido anterior en el que los jugadores del Borussia dedicaron su triunfo a unas gradas vacías de aficionados. Parecían decirnos: no los vemos, pero ahí están. Este es el pacto que unos y otros haremos mientras haya partidos a puerta cerrada. Los seguidores lo tendremos tan fácil como escuchar cánticos enlatados; los jugadores deberán hacer ese esfuerzo añadido: imaginarnos ahí en las gradas, escucharnos, jugar y ganar también para nosotros.