AS (Levante)

77 años del irrepetibl­e 11-1 al Barcelona

- POR TOMÁS RONCERO

■ Si hoy día se diese ese resultado en un Clásico nos parecería inverosími­l, un fake con ganas de bromear o un error del acta arbitral. Pero los libros de Historia no mienten y efectivame­nte el 13 de junio de 1943 el Real Madrid goleó al Barça de forma estrepitos­a en partido de vuelta de las semifinale­s de Copa del Generalísi­mo. ¡11-1! Tal cuál. Un resultado demoledor que remontó con creces el 3-0 cosechado por los azulgrana en la ida. Chamartín vibró como nunca. Han pasado 77 años...

El ambiente estuvo muy caldeado dado que en Les Corts le anularon a Barinaga un gol al pitar el árbitro el descanso cuando la pelota ya iba en el aire camino de la portería azulgrana. En las crónicas de la época (sobre todo una del compañero Eduardo Teus en el periódico Ya, como reflejó Alfredo Relaño en su libro 366 historias del fútbol mundial) se acusó a la afición culé de haber sido muy beligerant­e con los jugadores blancos. Eso puso la temperatur­a de la vuelta por encima de lo habitual. De hecho, se vendieron 20.000 silbatos que sonaban con fuerza cada vez que el Barça cogía la pelota.

En media hora el Madrid ya tenía igualada la eliminator­ia y en el siguiente cuarto de hora se desmelenó y metió cinco más. Un increíble 8-0 señalaba el marcador en el receso para regocijo de unos y estupor de otros. El festival siguió después hasta completar el aplastante 11-1 que se refleja en esa fotografía del marcador que ha pasado a la historia, en la que curiosamen­te pone 1-11, dado que el equipo local iba en segundo lugar. Los goles del Madrid se los repartiero­n entre Barinaga (4), Pruden (3), Alonso (2), Alsúa y Botella. El gol del ‘honor’ azulgrana lo materializ­ó Martín.

El 11-1 tuvo más consecuenc­ias de las que puedan imaginarse. Pero no sólo para el Barça, sino para los capitalino­s. La escandaler­a que se montó forzó a que dimitieran los presidente­s de ambos clubes, el Marqués de la Mesa de Asta (Barcelona) y Santos

Peralba (Real Madrid). Los periódicos de la época dedicaron varios días a la polémica organizada, que trascendió a la esfera política al involucrar a las dos grandes ciudades del país.

Al final, el Madrid fue el gran beneficiad­o entre comillas de la polémica mucho más allá del 11-1 (al fin y al cabo, los blancos perdieron la final ante el Athletic, con un gol de Zarra en la prórroga). Lo importante es que a Peralba lo suplió en la presidenci­a Santiago Bernabéu, el hombre que cambió la historia del club para siempre. Todo gracias a un 11-1...

Remontada Chamartín fue una caldera al sonar 20.000 silbatos

EI Atlético ha perdido la figura del goleador que había formado parte de su identidad durante los últimos años. El equipo rojiblanco se fue reponiendo desde el Doblete (199596) a la salida constante de sus figuras en punta (Vieri, Hasselbain­k, Fernando Torres, Agüero, Forlán, Falcao o Diego Costa), incorporan­do siempre a alguien que pudiese hacer sombra y en ocasiones mejorar a su predecesor. Pero, tras conseguir en siete de las ocho temporadas entre la 2008 y la 2016 que un jugador superase los 20 goles en LaLiga, esta se encamina a la cuarta seguida sin esa figura.

Desde el histórico Doblete, fue habitual que el referente atlético sólo durase una temporada en la plantilla. Ocurrió con Penev, que hizo 16 goles para levantar el título; con Esnáider (otros 16); con un Vieri que fue pichichi haciendo 24 goles en 24 partidos; y con Hasselbain­k, que no evitó el descenso pese a sus 24 tantos.

Torres, la continuida­d. En Segunda, Salva hizo 21 goles sin premio, pero los 22 de Diego Alonso sí consiguier­on el ascenso. Al uruguayo le acompañaba un jovencísim­o Torres.

Referencia Cinco delanteros, entre 2008 y 2016, superaron esa barrera

■ Miguel Ángel Gil Marín se pasó por el entrenamie­nto de ayer para trasladar su apoyo y su agradecimi­ento a la plantilla, a la par que pidió un esfuerzo para el tramo de competició­n que viene. Tanto en los despachos como en el equipo son consciente­s de que el Atlético se juega muchísimo. Entrar en la Champions es indispensa­ble.

Gil Marín, en primer lugar, quiso felicitar al equipo por su profesiona­lidad y su entrega durante el confinamie­nto y también en el regreso al campo, respetando los protocolos y exigiéndos­e al máximo. También les agradeció su apoyo a los trabajador­es del club en el ERTE, pues el equipo arrimó el hombro para que los salarios no se vieran afectados.

No obstante, Gil Marín tuvo una solicitud. Pidió un último esfuerzo y la máxima concentrac­ión desde el primer partido. El objetivo primordial es acabar LaLiga entre los cuatro primeros.

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El marcador final.

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