Bacca, rey de la pachanga

Su gol en el 16’, tras otra galopada de Chukwueze, mete al Villarreal en Europa ● Baba, dos disparos al larguero

Jugar cada tres días es lo que tiene, que uno pone tanto énfasis en lo que vendrá como en lo que está por decidir. Dosificar no es un lujo sino una necesidad. El Villarreal, como ya lo hizo el Madrid o el Barça, se puso a caminar después de la primera noticia positiva, para condena del espectáculo y los bostezos de salón de los aficionados. La diferencia es el riesgo asumido. Mientras Benzema o Messi se permitieron la licencia de levantar el pie del acelerador con una renta confortable, Alcácer y cía perpetraron tal valentía con un 1-0 tan ajustado como peligroso. Hay sesiones de yoga más agitadas que la pachanga entre Villarreal y Mallorca.

El Villarreal siempre pareció más que su adversario, pero la realidad es que llegó menos y dominó de la misma forma cuando tuvo aliento, a trompicones. Lo mejor que le pasó, el gol de Bacca tras otro arranque de furia de Chukwueze en diagonal (16’), fue al mismo tiempo lo peor que le sucedió a su juego. La relajación y la inexistente exigencia del respetable (el cartón de la grada no protesta) le condujeron al error continuo y a la falta de tensión en la marca. Qué hubiera sido del Submarino con

Kubo y Budimir juntos. Sólo Baba, con dos misiles al larguero, dio muestras de tener hambre y colmillo.

El segundo tiempo cambió poco los papeles. Con el carrusel de cambios y con tanta pausa y avituallamiento, el decorado volvió a recordar más a un partido de pretemporada que a una final en la que el Villarreal se jugaba Europa (donde ha entrado) y el Mallorca el descenso (de donde no sale). Por rescatar cosas positivas: Calleja ha recuperado la solvencia. Celta, Espanyol y Leganés habían visitado La Cerámica como colistas y se llevaron la victoria. En el Mallorca sus brotes verdes son Baba y Kubo. A ellos pertenece el futuro. Lástima que a su alrededor todo se derrumba sin justicia. Su equipo es el conjunto más goleado de Primera y ya no puede presumir ni de Valjent. El central era el único jugador de LaLiga que había disputado todos los minutos y rompió el hito. El nuevo fútbol es esto: dosificar hoy para poder cumplir mañana.

Mallorca No fue peor pero, su falta de pegada, le deja metido en descenso