Despierta
Charles Leclerc pilota el SF1000 por las calles de Maranello antes de rodar en Fiorano. “Es nuestra forma de decir que estamos listos”, afirma
Maranello con el SF1000 y fue emocionante volver al asiento y al volante. Es como regresar a casa. Es nuestra forma divertida de decir que estamos listos para volver a la pista y estoy deseando llegar al GP de Austria”. Un paseo publicitario y más efectista que efectivo, sí, pero cargado de simbolismo: ya están aquí.
Próximamente habrá al menos otra prueba con el SF71H de 2018 y entonces el monegasco, de 22 años, compartirá tareas con Sebastian Vettel, de 32. Será la mejor forma de desentumecer los músculos y preparar el regreso en el
GP de Austria. El germano está ante su última temporada en la casa italiana y le sucederá Carlos Sainz a partir de 2021.
Incógnita. En cuanto a las perspectivas del Ferrari SF1000, uno puede guiarse por los tiempos o por las sensaciones. El coche no destacó en las clasificaciones de los entrenamientos en Montmeló, incluso Racing Point causó mejor impresión, pero no siempre conviene seguir al pie de la letra lo que se transmite desde Maranello. En 2019 se llevaron un chasco en Australia, cuando después de liderar en pretemporada descubrieron un monoplaza incapaz de competir contra Mercedes. Para este 2020 optaron por el perfil bajo: discreción, rediseño en el motor con menos potencia, pero acorde a las directivas de la FIA, y más carga aerodinámica para corregir los problemas del pasado.
Desde el invierno se rumoreó que el rendimiento del coche estaba por debajo de las expectativas. De momento, Ferrari ya ha hecho más ruido que Mercedes, quienes completaron un test doble en Silverstone con el coche campeón de hace dos campañas. Pero hasta el sábado del Red Bull Ring, en la sesión clasificatoria, nadie mostrará su verdadero potencial.
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