El bellísimo pulso táctico de Zidane y Diego Martínez

La acción de los entrenadores mueve el partido

■ No es ajeno a los contrastes este Madrid. De la primera parte más completa que se le recuerda pasó a un segundo tiempo pobrísimo en el que estuvo a los pies del Granada. A Zidane le salió de inicio la idea de recuperar los cinco centrocampistas.

Todos se complementaron y entendieron su función. Modric (extraordinario) e Isco se movieron entre líneas, Casemiro estiró la medular y Valverde ordenó las transiciones defensivas. La posesión de altísima calidad desencadenó los desarreglos del Granada y su defensa de cinco. Si los pivotes saltaban a la presión como hicieron, Isco y Modric se ofrecían en los intervalos libres al mismo tiempo que Benzema daba el apoyo interior o buscaba una caída a cualesquiera de los dos lados. En este contexto floreció la profundidad de Carvajal y Mendy, que compensaron por fuera la acumulación de jugadores que había en el carril central.

■ Movimiento vertical. Casemiro gana metros y Valverde asume el peso en la salida en esta jugada. Modric baja a recibir y el brasileño rompe con un desmarque por dentro. Fue el inicio del notable gol de Mendy.

El dominio del Madrid quedó abortado por Diego Martínez, un entrenador con todas la letras. Transformó el sistema mediado el primer tiempo, a 1-4-4-2 o 1-4-3-3 dependiendo de la fase del juego. Con este movimiento ensució la salida del Madrid. Cerró los pasillos interiores y bloqueó a los laterales con una disposición simétrica. El impulso anímico que le dio el gol de Machís, previo robo sobre Casemiro en la presión, giró el encuentro. El Granada fue otro, pero el Madrid también. La entrada de Montoro solidificó la medular, Azeez dejó en mal lugar el balance de Isco y Carlos Fernández desparramó sus cualidades fuera del área. Zidane se percató y alimentó otra propuesta con Asensio y Rodrygo que no recompuso nada, pero el Madrid supo guardar lo que había logrado antes.