El Rayo tardó en despertar pero luego hizo los deberes
Los cántabros se despiden del fútbol profesional
EI Rayo Vallecano, que antes de empezar el partido era partidario de no jugar por lo que acontecía, o no acontecía, en Riazor, la verdad es que sobre el terreno de juego tardó mucho en demostrar lo mucho que tenía en juego, teniendo en cuenta que sólo le podría valer, si acaso, la victoria. El Racing, en cambio, que estaba como loco por acabar su vía crucis y empezar las vacaciones, salió al campo con tres chavales del filial y muchas ganas. El mundo al revés. Las cosas del fútbol.
Es verdad que Isi Palazón, el carrilero derecho rayista, estrelló un trallazo en el palo racinguista nada más arrancar el choque, pero poco a poco los de Oltra empezaron a tener el balón y algunos, como Nico Hidalgo y Siverio, a disfrutar. Sin demasiadas ocasiones, se llegó en el 44’ a un gran pase (con su pierna mala) de Jon Ander a Nico Hidalgo para que éste prolongue con otro gran centro (con su pierna mala) al interior del área chica, donde llegó en plancha, con su buena cabeza por delante, Javier Siverio, uno de esos delanteros a los que a menudo se acusa de sólo hacer goles. 1-0, descanso.., y tiempo para el factor Paco Jémez.
Otro ánimo. La intervención del volcánico técnico rayista hizo que los suyos salieran como tiros de ese vestuario y en apenas cuatro minutos igualaba ya el marcador en una de las oleadas que empezaban ya a acogotar a los racinguistas. Y siguieron. Así, al cuarto de hora, penalti VAR mediante (este de los de verdad), los rayistas voltearon el marcador.
A partir de ese momento, los de la franja comenzaron a gobernar el partido con un ojo en el marcador y los dos oídos en Elche. En el Racing, por contra, Oltra estaba más preocupado por que nadie quedara ofuscado por la gestión de minutos en los últimos partidos y acabó con tres delanteros centros en el campo. No pasó nada más.
El Rayo Vallecano sólo podía controlar lo que pasara en Santander y cumplió. Lo otro...