Anfield todavía atormenta la mente del Barça
El vestuario confía en que el nuevo formato ayude a olvidar Liverpool y Roma
grandes explotó en el último año de Luis Enrique. Un 4-0 humillante en París, subsanado con el histórico 6-1; acompañado de un 3-0 en Turín que sí fue el final de la Champions. Luego llegaron los desastres de Roma y Liverpool. Curiosamente, las dos únicas derrotas europeas de Valverde, que había ganado en Londres al Tottenham, en Old Trafford al United, pero cuya trayectoria en el Barça estuvo marcada por esos dos partidos fatales, aunque distintos. En Roma, la actitud fue penosa y la desgana terminó en tragedia. En Anfield, sin embargo, el Barça atacó el partido y mereció algún gol antes del descanso que cerrase la eliminatoria. Pero no lo hizo y se puso a pensar que el Liverpool atacaría en the Kop en la segunda parte... Allí se alinearon astros, dioses, y se generó una atmósfera pocas veces vista que hizo posible el milagro red.
El Barça espera que este año sea distinto. Futbolísticamente, no está mucho mejor que el año pasado o el anterior. Se diría que hasta peor. Pero tal vez el formato de la competición se convierta en una ventaja para luchar contra los fantasmas.
Primero, los campos vacíos. Y luego, el formato. Una Champions a partido único, sin ambientes eléctricos en contra, sin rivales que muerdan y sin malos pensamientos en la cabeza. Eso puede ayudar al Barça a olvidar sus fantasmas. Para un equipo al que ha sugestionado tanto lo psicológico, podría resultar de ayuda para convertirlo incluso en una ventaja. Imágenes como las de Alba en Matchday, llorando en el vestuario de Anfield cuando el resultado todavía era 1-0, son una muestra de cómo ha pesado la Champions en el ánimo de los jugadores. De lejos, parece el momento para darle una vuelta a la maldición.
Recuerdos Imágenes como la de Alba llorando marcaron al vestuario