AS (Levante)

Ocampos es

Gestó con Banega, compañero de 'barbacoa', el gol que lleva al Sevilla a semifinale­s ● Bono paró un penalti

- JOSÉ A.

Un gol de Lucas Ocampos, el 17 que marca esta temporada el extremo argentino, mete al Sevilla en semifinale­s de su competició­n, la Europa League, después de un ejercicio de paciencia, fútbol de toque y resistenci­a que se acabó imponiendo al rudimentar­io pero muy bien ejecutado fútbol del Wolves. El equipo inglés tiene en su plantilla a nueve portuguese­s, incluido su entrenador, Nuno, pero practica la defensa baja y el kick and rush con la precisión que había en las islas hace 30 años, adobada ésta por no poca calidad. Casi le sale bien, o al menos comienza a salirle, porque falló un penalti que hubiera puesto la cosas mucho más difíciles al equipo de Lopetegui. Lo paró Bono y luego el campo se inclinó después siempre hacia abajo para los nervionens­es, que se colocan en el penúltimo peldaño hacia el título por sexta vez en su historia. Espera el domingo el Manchester United, nada más y nada menos. En Colonia.

"Que no se mueva un varal", había arengado Monchi a través de las redes sociales horas después de eliminar a la Roma de manera brillante. Y Lopetegui le hizo caso. No tocó la alineación el entrenador vasco, que aunque en la previa avisaba de que los Wolves no se parecen en nada al equipo italiano, volvía a enfrentar una zaga de tres centrales. Pero ésta mucho más blindada, predispues­ta a no tener el balón y acularse cerca de su portero cuando hiciera falta. Contra equipos así el Sevilla se ha sentido habitualme­nte incómodo esta temporada y le volvió a pasar.

El pivote holandés Dendoncker, una de las novedades del once inglés, perseguía a Banega hasta el baño. Navas, Ocampos y Reguilón apenas disponían de espacio para correr y al Sevilla le costaba una barbaridad hilvanar jugadas cerca de área rival. Tampoco es que el Wolverhamp­ton, que no quería la pelota, creara demasiado peligro... para vaya el que creó: nada menos que un penalti. Adama tocó poco el balón pero cuando lo hizo resultó casi imparable. A los 10 minutos el de Hospitalet montó una galopada tremenda desde su propio campo y Diego Carlos no tuvo más remedio que derribarle cuando encaraba a Bono. El portero marroquí justificó su nueva titularida­d, aunque Vaclik se encuentre ya recuperado desde hace semanas. Bono le aguantó la paradinha a Raúl Jiménez y, ojo, provocó el primer fallo del delantero mexicano desde los 11 metros en toda su carrera profesiona­l de clubes. Sólo había errado uno antes, de 27 lanzamient­os, y había sido con su selección.

La vida extra tampoco espoleó lo suficiente a un Sevilla que había salido alobado, que casi nunca se pareció al que maravilló en los octavos de la competició­n, en este mismo estadio de Duisburgo. No lo suficiente como para inquietar a menudo a Rui Patricio. Algún tiro aislado de Suso, un chut de Ocampos, incómodo en el campo, que se marchó cerca del poste y varios saques de esquina sin ni siquiera remate fueron lo que alumbró a los de Nervión, que se marcharon al vestuario con la felicidad del fallo rival desde el punto de penalti.

Le costaba al Sevilla encontrar una rendija también en la segunda mitad pero lo consiguió Ocampos,

 ??  ?? Momento en el que el cabezazo de Ocampos bate a Rui Patricio y sella el pase del Sevilla a las semifinale­s de la Europa League.
Momento en el que el cabezazo de Ocampos bate a Rui Patricio y sella el pase del Sevilla a las semifinale­s de la Europa League.
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