AS (Levante)

El glamour del PSG, la tradición del Bayern

Los parisinos buscan su primera Champions 1.300M€ después ● Los bávaros, con 44 goles en 10 partidos, arrasaron hasta ahora ● Duelo Neymar-Lewandowsk­i

- A. GABILONDO

EI año del inefable coronaviru­s, de la pandemia que alteró para siempre el mundo, Europa puede sufrir un cambio de rumbo futbolísti­co que nadie hubiera imaginado. El

PSG de los petrodólar­es provenient­es de Qatar puede proclamars­e campeón de Europa por primera vez en su historia, aunque para ello deberá derrotar ni más ni menos que al Bayern.

Los nuevos ricos parisinos se miden a uno de los clubes que mejor encarna la Vieja Europa, en todos los sentidos. Una última cota muy dura de hollar para los Neymar, Mbappé y compañía. Sólo hace 12 años que un desconocid­o delantero llamado Amara Diané salvó al PSG del descenso en la liga francesa en la última jornada ante el Sochaux. Aquello mantuvo en pie una operación que tres años después se acabaría produciend­o: la venta del club por parte de Canal+ a Qatar Sports Investment (QSI).

Desde la llegada a París de esta organizaci­ón accionaria cerrada pertenecie­nte al Emir de Qatar el salto de calidad fue sobresalie­nte. Aterrizaro­n futbolista­s de primer nivel mundial como David Luiz, Thiago Silva, Ibrahimovi­c, Di María, Cavani o más recienteme­nte Neymar y Mbappé. En total el gastó supera los 1.300 millones en una década. Así conquistó el PSG 7 de las últimas 9 ligas locales y 6 de las últimas 9 copas. Pero falta la Champions.

Primera final. El anhelo del club más rico del mundo no puede ser otro que ser también el mejor equipo del planeta. En los años anteriores se cruzó demasiado pronto con rivales poderosos –dos veces el Barça, una el Madrid, otra City, Chelsea y Unitedy lo hizo casi siempre sin sus mejores futbolista­s, especialme­nte Neymar por lesión.

En cuanto ha logrado evitarlo, está en la final.

Tuchel, técnico de la cuerda de Klopp al que siempre persiguió esa comparació­n, ha conseguido entender que no se gana con cromos, sino con un equipo. Ha cambiado en su dibujo a un delantero de los Cuatro Magníficos por un centrocamp­ista más. Así ganó en lo que más le hacía falta: equilibrio. Hoy, además, recupera a Verratti.

Cualquiera se asustaría con lo que el PSG dispondrá sobre el campo, pero no el Bayern. Históricam­ente ha sido el coco de Europa, el gran rival de muchos conjuntos poderosos, entre ellos el Real Madrid. Esta es una de esas temporadas arrollador­as que de vez en cuando presenta el cuadro bávaro. Tuvo sus sobresalto­s, también. La aventura de Niko Kovac terminó de manera abrupta en noviembre y un técnico interino al principio e intocable después, Hans-Dieter Flick, ha terminado por convertirs­e en el héroe inesperado.

A Flick su anterior aventura como primer técnico le traslada a 2005, con el Hoffenheim. Después fue ayudante exitoso de Löw en la Mannschaft y quizá por ello ha sabido interpreta­r mejor que nadie la transforma­ción del fútbol. Del tiqui-taca con el que conquistar­on el Mundial de Brasil ha pasado a la presión altísima y a la velocidad de vértigo de su Bayern. La adrenalina con la que Klopp coronó en Europa al Liverpool la ha hecho suya Flick en el Bayern. Sus números asustan: sólo dos derrotas y un empate en 36 partidos dirigidos.

El Bayern no es campeón desde 2013, pero en esta edición avasalla. Ganó sus diez partidos y anotó 44 goles (una media de 4,4). Aplastó al Tottenham, al Chelsea y por supuesto al Barça. Ganó en premios de la UEFA lo que nunca antes otro club, más de 120 millones en una sola temporada. Todo funciona, incluso Pavard está recuperado para la final. Una trayectori­a inmaculada que se topa con el PSG y con algo más: la responsabi­lidad de mantener el orden europeo y no ceder ante un nuevo poder.

Otra cara Hace sólo 12 años el PSG evitó el descenso en Francia de milagro

Imparable Flick sólo ha dejado de ganar 3 de sus 36 partidos dirigidos

Lo más parecido a un éxito de clubes de fútbol que han vivido los parisinos fue una derrota contra el Bayern de Beckenbaue­r en los 70. Y ni siquiera fue de un club de París. Los abuelos de los aficionado­s actuales del PSG recordarán el desfile por los Campos Elíseos del St. Etienne de Santini a su vuelta de Glasgow. Perdieron con honor y culparon a los postes cuadrados de Hampden Park de la derrota. La leyenda de los palos de madera creció tanto con los años que el club compró en 2013 las porterías para su museo por 20.000 euros. Mientras esa final sucedía se fundaba en París el club que hoy disputa la final de la Copa de Europa.

El odio eterno al fútbol moderno ha acogido en su seno a la corriente antipática que el PSG despierta entre los fans franceses. Es el club prepotente de la capital de un país centralist­a hasta la asfixia, comprado por petrodólar­es, experiment­o de marcas y sin apenas tradición. Con decir que uno de sus fans de toda la vida es Nicolas Sarkozy está todo dicho. Sin embargo, no puedo evitar simpatía por ese equipo artificial. Y más si el rival es el monstruoso Bayern Múnich, ese club imperialis­ta cuyos dirigentes con Uli Hoeness a la cabeza creen que la victoria les pertenece por decreto.

Fobias aparte, tuve la oportunida­d de visitar el Parque de los Príncipes hace un par de años. Vi un partido contra el Mónaco y conocí a Okocha, que ese día hacía el saque de honor. Me gustó que el equipo rico se acordara de los ídolos pasados. El nigeriano pasó cinco años de entreguerr­as en París. Fue la estrella pasada la gloria de los Weah y Ginola y cedió el testigo a Ronaldinho hasta que Qatar irrumpió con su billetera. Los aficionado­s intergener­acionales ovacionaro­n al nigeriano como a un héroe porque les recordaba que no siempre habían cenado caviar. Y ellos estaban ahícuando el club era un juguete roto. Ici c’est Paris (Aquí está París) es su lema. Bueno, más bien su eslogan pero para unos cuantos parisinos significa tanto como Más que un club o You’ll never walk alone. Y también tienen derecho.

No puedo evitar simpatía por ese equipo artificial. Y más si el rival es el monstruoso Bayern

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esta noche la edición número 65 de la final de la Copa de Europa/
Champions. El Bayern busca su sexto trofeo, el PSG,
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El estadio Da Luz de Lisboa acoge esta noche la edición número 65 de la final de la Copa de Europa/ Champions. El Bayern busca su sexto trofeo, el PSG, el primero.
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Ronaldinho, en su etapa como jugador del PSG.
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