Rebelde Pogacar
Tadej Pogacar cumplirá 22 años un día después del final del Tour. Anoten su nombre, si no lo habían hecho. Ya subió al podio en la Vuelta. Y aquí también apunta a París. El viernes había caído en la trampa de los abanicos, donde cedió 1:21, pero lejos de encogerse, ayer sacó la casta en los Pirineos y recortó 40 segundos. Pogacar fue, sin duda, el capo más solvente en el primer combate en las alturas, donde Roglic, menos de lo esperado, y Nairo Quintana, más de lo que recordábamos, también se mostraron fuertes. Seis minutos antes que el esloveno, cruzó la meta Nans Peters, debutante francés de 26, el héroe de un animado sábado, que remató la fuga con poderío y sentido táctico. Ya tenía un triunfo en el Giro. Es un ganador.
La etapa siguió el patrón inicial de estos encadenados de montaña, con una escapada numerosa, trece hombres con intereses mezclados. Los había, como Cosnefroy, orientados al premio de la Montaña. También los que tenían un ojo delante, en la meta de Loudenvielle, y otro detrás, enfocado a sus líderes,
Novena etapa
La etapa en directo y la crónica en como Carlos Verona, único español en la aventura. Y, por supuesto, los cazadores de etapa. Aquí sobresalía Zakarin, en tiempos cercanos un gallo para la general, podio en la Vuelta 2017 y ganador de etapas en Giro y Tour.
Bloqueado. Zakarin, como estaba escrito, se despegó en el Balès, el penúltimo puerto, el más duro, pero alcanzó la cima con la dura compañía de Peters, también vencedor de una etapa en Italia. El ciclista del Ag2r conocía el punto débil del ruso y aceleró en el descenso. Zakarin bajó cuadrado, con la flecha envenenada del francés clavada en su talón de Aquiles. Las caídas del pasado dejan cicatrices. Rosa se retiró por un accidente en esa misma bajada, Powless hizo campo a través al estilo Armstrong… En el descenso anterior, el Menté, Asgreen había puesto su bici a 97,1 km/h. El ciclismo no es sólo subir, también las bajadas ganan carreras. Zakarin remontó en el
Peyresourde, pero no lo suficiente. Además, tenía que volver a descender. Y el ruso, bloqueado por sus miedos, ni siquiera acabó segundo. Skujins y Verona también le rebasaron.
En el grupo de los favoritos, el Jumbo había comenzado a meter presión en el Balès. La primera víctima cayó rápido: Pinot cedió 25:23. La explosión definitiva llegó en el Peyresourde. Dumoulin, el número dos del rodillo amarillo, tomó la cabeza, con los capos maduritos. Alaphilippe intentó un imposible, con ataque y retroceso. Y el grupo reventó: Valverde, Mas, Yates… Pogacar, herido en el alma por el abanico, pegó un primer arreón y obligó a Roglic a responder en persona. Inicialmente sólo aguantó Nairo ante el dúo, no su compatriota Bernal. Luego hubo reagrupamiento general, pero las cartas ya estaban boca arriba.
Pogacar insistió al contraataque. Y a su caza salieron Porte y Landa. Justo los tres gallos que habían sucumbido ante la furia de viento. El rebelde esloveno coronó con 44”. Es el hombre. Quintana saltó en la cumbre, con una ambición olvidada, y sólo Roglic pudo replicar. Hubo otro reordenamiento, con Landa siempre entre los mejores, pero la prueba de la bayeta no engañaba. Los más fuertes son dos eslovenos y un colombiano, pero no el colombiano que esperaban todos, sino el renacido Nairo. Pogacar recortó 40” a Yates, que retuvo el amarillo con agonía, y ya está a 48”. Hoy sería el líder sin el abanico de Lavaur. O quizá no. Perder tiempo obliga a reaccionar. Operación remontada.
Antes de la etapa había 15 ciclistas metidos en 41 segundos. Tras el primer contacto con la gran montaña quedan diez corredores en un minuto, el último de ellos Enric Mas. Los colosos han hecho criba, pero la igualdad es enorme. Hoy llega el segundo asalto en los Pirineos. Con un líder en la clasificación, pero no en la carretera. Todo puede pasar.
Los tres principales damnificados por los abanicos de Lavaur lo intentaron en el Peyresourde. Tadej Pogacar compensó con 40 segundos de ganancia el 1:21 que cedió. Mikel Landa y Richie Porte abrieron un hueco que no superó el medio minuto, pero finalmente no se entendieron y llegaron con el resto de los favoritos. Alavés y australiano cruzaron la meta de Loudenvielle en pleno debate: “Discutí con Porte en la bajada, luego charlamos para arreglarlo”. Landa se situó 12º de la general, a 1:34 de Adam Yates: “En la séptima etapa cometimos un grave error, por el que se pagó muy caro. Aunque resultó difícil de asumir, ya me encuentro listo para revertir la situación. Entrar con los mejores en la montaña siempre te da un respaldo de motivación para ir poco a poco a recortar diferencias”.
El vasco ofreció un punto de vista interesante: “Sin llegar a producirse ataques serios, la gente se selecciona con el ritmo tan altísimo que llevamos. Y eso provoca desgaste, que existe, pese a que desde fuera no lo parezca. No se trata de un Tour espectacular por ahora, los máximos candidatos todavía no dan la cara, pero la carrera va lanzada. Ojalá pueda continuar con una buena progresión en el día que resta de Pirineos y en los momentos decisivos”.
El esloveno Pogacar se mostró “entusiasmado” con la ventaja que consiguió sobre sus rivales, aunque el tiempo perdido no le preocupaba desde que lo cediera en vísperas de las jornadas pirenaicas: “Lo dije y lo vuelvo a repetir: no me molestó ese minuto y pico. Vengo a aprender, me siento muy fuerte y lo probaré siempre que las energías me acompañen”. Su compatriota Primoz Roglic ya luce los galones del Jumbo en solitario tras el trabajo de Tom Dumoulin a su favor: “Adam Yates aguantó bien los acelerones de Nairo y míos, resta mucha batalla aún por delante y confío en la seguridad de mi equipo”. Quintana también enseñó músculo: “Anduve con buenas piernas, pero no logré soltar al resto en el Peyresourde. Empujaré más”. Mientras, el maillot amarillo, Yates, y el defensor del título, Egan Bernal, se conformaron con “superar una etapa absolutamente complicada”.
Roglic “Adam Yates aguantó bien los ataques de Nairo y los míos”