Suárez, viaje exprés a Italia
El pasaporte comunitario le abre opciones, pero su futuro no está claro
Después de entrenarse en la Ciutat Esportiva del Barça, a la que llegó sonriente y en el mismo coche que su inseparable Lionel Messi, Luis Suárez viajó ayer a Italia. El uruguayo pasó y aprobó el test de italiano (nivel B1) para conseguir el pasaporte comunitario. Lo hizo en Perugia. No obstante, eso no significa que esté más cerca de la Juventus, que no tiene claro que los trámites se puedan completar a tiempo para inscribirle en la lista para la próxima Champions League y, por eso, aceleró por Edin Dzeko.
De hecho, en Turín ayer fue el día Dzeko. Tras una larguísima reunión con el agente David Pantak, la Roma logró por fin el ‘sí, quiero’ de Arkadiusz
Milik, lo que permite dejar marchar al bosnio a Turín (por alrededor de 15 millones de euros). El polaco cobrará en la capital casi 6 millones de euros y debería pasar hoy el reconocimiento médico con su nuevo club. Antes, Milik tiene que conseguir otro acuerdo con el Nápoles: su contrato caduca en 2021 y toca renovarlo un año más, de manera que la Roma pueda ficharle cedido con opción de compra obligatoria y aplazar así el pago de los 25 millones de euros.
Suárez viajó, en fin, a recibir la luz verde que le permita tener un pasaporte comunitario que le abrirá el abanico de opciones si finalmente deja el Barça. Nada ha cambiado en los últimos días con el uruguayo. La frase de Koeman en la rueda de prensa posterior al partido contra el Girona (“si al final se queda con el Barça, será uno más en la plantilla”) no cogió de sorpresa al charrúa, que conoce el mensaje del club. El Barça quiere que salga y él, que le abonen la totalidad del contrato y le den la carta de libertad, a lo que no está dispuesto para nada Josep Maria Bartomeu.
Como las partes están enfrentadas, el conflicto se va a dilatar. El Barça espera que el uruguayo ceda y el jugador, que los azulgrana se pongan nerviosos y terminen resolviendo el contrato a base de euros. Si no hay solución, lo único que está claro es que Suárez no va a estar un año en la grada porque podría seguir ayudando al equipo. Eso lo sabe Koeman, un pragmático que le va abrir la puerta del equipo si, para disgusto del club azulgrana y alegría de Messi, Suárez termina quedándose.
Pragmático Si no llega a un acuerdo con el club para irse, Koeman le hará jugar