Los pericos cuentan con la garantía del campeón de invierno
Todos bajo este formato subieron
Con su inapelable victoria del domingo ante el Castellón (2-0), se adjudicó el Espanyol un título sin trofeo, a priori honorífico aunque también bastante indicador de cómo terminará la temporada: el campeonato de invierno. Con 45 puntos en 21 jornadas, los pericos alcanzan el ecuador de Segunda tres puntos por encima del Mallorca y cuatro sobre el Almería, que tiene un partido pendiente de jugar. El ascenso va por un inmejorable camino.
Desde que la Segunda División cuenta con el actual formato de competición –suben directos los dos primeros clasificados, mientras que los cuatro siguientes dirimen una plaza mediante una promoción– ser campeón de invierno ha sido sinónimo de ascenso. Lo han conseguido el cien por cien de los equipos en liza, diez desde la temporada 2010-11, de los cuales nueve lo hicieron directamente (cinco como campeones y cuatro, subcampeones) y sólo uno, Las Palmas en la 2014-15, acabó cuarto, por lo que subió a través del playoff.
Lo que puede parecer una anécdota no lo es tanto si se compara con el éxito de los equipos que finalizan la primera vuelta segundos o terceros, las otras plazas en las que podía haber concluido el Espanyol.
Sólo el 40 por ciento acaban en Primera. Lo lograron únicamente tres de los subcampeones de invierno (uno de ellos, el Betis de la 2014-15, como campeón) y cinco de los que iban terceros a estas alturas (campeones fueron el Eibar de la 2013-14 y el Huesca de la pasada campaña). Es decir, que hasta 12 de los 20 equipos que iban segundo o tercero al final de la primera vuelta se quedaron en Segunda. Con todo, el Espanyol tratará de no aflojar porque regresar a Primera es una obligación.
Contraste Las opciones de ascenso bajan para el segundo: lo consigue sólo el 30%