El reto de Hazard
El belga lleva 433 días sin completar los 90 minutos ● Tras sus recaídas, Zidane ha sido muy cauto con su físico
EI Madrid recibirá mañana al Levante en el Alfredo Di Stéfano con las piernas frescas tras una semana de descanso y con las buenas sensaciones del triunfo en Vitoria (1-4), en el que Hazard fue parte sobresaliente. Un gol y una asistencia conformaron la mejor actuación del belga en lo que va de curso, quizás desde que viste de blanco. Ante el cuadro granota tiene otro reto: dejar atrás las dudas en torno a su estado físico y completar los 90 minutos, algo que no logra desde el 23 de noviembre de 2019, hace 433 días.
Fue en un 3-1 ante la Real Sociedad en el Bernabéu, un partido notable del equipo blanco y de Hazard, que en el choque siguiente ante el PSG vería cómo cambiaba su suerte: el 26 de noviembre de 2019 recibió una patada de su compatriota Meunier en el tobillo derecho, que desencadenó dos lesiones casi consecutivas (acabó pasando por el quirófano). Desde entonces, sólo ha podido jugar 22 encuentros y ninguno de forma íntegra.
Lo más cerca que estuvo de ello fue en el partido que cerró la temporada pasada, la vuelta de octavos de final de Champions ante el City en Mánchester: 83 minutos en los que apenas dejó huella. En las últimas semanas viene combinando actuaciones cuestionables desde el once (Pamplona) y entradas al campo como revulsivo sin apenas efecto (Alcoy); hasta Vitoria, donde carburó al fin y fue sustituido a la hora.
Bettoni, al frente del Madrid en Mendizorroza ante la ausencia por coronavirus de Zidane, auguró una mejora aún más profunda en las semanas por venir: "Poco a poco va a dar su gran versión. Tiene talento y le necesitamos. Es muy creativo, espontáneo, ha tenido lesiones y necesita confianza para encarar más. Sé que en el fútbol la paciencia no existe, pero vamos a confiar en él. Fue un cambio para meter frescura y verticalidad, pero está bien. Se ha visto un poquito de la mejor versión de Hazard, irá a más".
Pese a las palabras del segundo de Zidane, se vio a Hazard salir del estadio por momentos con gesto renqueante, si bien ha
Última vez Fue en el Bernabéu ante la Real, el 23 de noviembre de 2019
Ni el bonito gol conseguido ante el Alavés es un brote verde suficiente como para que el personal recupere la esperanza de empezar a ver en el Madrid al excepcional futbolista que deslumbró en la Premier. Si en un partido resuelto y con viento a favor el físico no le da para completar los 90 minutos, se hace cuesta arriba pensar que esté capacitado para ser desequilibrante durante un partido entero de mayor calado e intensidad.
Desde el club siguen deslizando la idea de que la lesión de tobillo es historia y que lo único que necesita Eden es recobrar sensaciones jugando con asiduidad, pero la imagen en el campo es la de un tipo que continúa sin estar en plenitud física y que juega más pendiente de protegerse que de ser desequilibrante con el balón pegado a los pies. El belga tiene la fortuna de que su mayor admirador en el club es su entrenador, que prefiere contar con Hazard a medio gas que darle galones de titular indiscutible a Vinicius. Zidane le mantiene una fe ciega, a pesar de que es evidente que el chico a veces ha respondido a esa confianza con una preocupante falta de profesionalidad.
Es cierto que las lesiones le han castigado en exceso desde que llegó, pero también es una dolorosa realidad que no ha puesto el empeño suficiente en estar físicamente en perfecto estado de revista. Y eso, cuando llegas a una institución tan grande como el Madrid, es intolerable. El fogonazo de Vitoria puede ser un buen comienzo, pero Hazard está en la obligación de ponerse definitivamente las pilas y devolver con fútbol, carácter y esfuerzo la confianza y el suculento contrato que todavía no ha empezado a justificar.