Sólo puede quedar uno
La Copa pondrá fin al gran estado de euforia de Betis o Athletic ● Vuelve Guido y Marcelino va con casi todo
EI Athletic regresa a Sevilla, ese lugar donde hace algo más de dos semanas fue tan feliz cuando levantó la Supercopa. Aquel equipo que comenzaba a entrenar Marcelino y en apenas tres días logró derrotar al Real Madrid y al Barcelona emitía ya unas señales de competitividad que las eliminatorias de Copa han convertido en realidad palpable. Pero hoy le espera otro resucitado, el Betis. Un conjunto que no ha perdido aún en lo que se lleva de 2021.
La euforia es el común denominador y esta noche, como en Los Inmortales, sólo puede quedar uno. Los verdiblancos le han dado la vuelta desde que Canales volviera de su lesión, a finales del año pasado. El santanderino ha montado a sus compañeros en una ola victoriosa que les permitió eliminar a la Real Sociedad y derrotar a Osasuna en Liga el lunes. Además de la mejor versión del cántabro, a Pellegrini se le han apuntado dos hombres que parecían sentenciados pero se han mostrado decisivos en donde hay que ser más decisivo, las áreas. Tres goles en dos partidos suma Borja Iglesias y algunos más ha salvado el portero madrileño Joel Robles.
El entrenador chileno recupera al pivote argentino Guido Rodríguez para su mediocampo, mientras Marcelino tirará de un bloque de gala, incluido Unai Simón. En el Botxo hay motivos también para el optimismo, recién renovado De Marcos y en vena anotadora y de creación los Muniain, Williams y Raúl García, la mayoría de ellos de capa caída cuando aún mandaba Gaizka Garitano.
Cita muy copera, clásico que el Betis afronta con la ilusión de abandonar un largo periodo de mediocridad y con el que el Athletic busca plantarse a las puertas de otra final. Ya jugará una al menos en abril,
fue la de Pedraza y por el rendimiento del cordobés, acertó.
Paco López planteó un partido de contención, quería hacerlo largo e ir llamando poco a poco a filas a su artillería; Emery quiso que su equipo jugara a lo que sabe, a tener la posesión. Más allá de planteamientos, la puesta en escena fue frenética. En dos minutos ya había tenido su oportunidad cada uno. Dani Gómez no llegó por un pelo a un centro de Bardhi y Cárdenas sacó, con reflejos y apuros, un remate a bocajarro de Pau Torres.
Tras ese toma y daca de ocasiones iniciales, el partido se puso en modo silencio. El balón lo tenían los amarillos, aunque casi siempre donde a los granotas no les incomodaba que lo tuvieran. Albiol se hartó de tocar esférico y Alcácer, de verlo pasar. El Villarreal sin Gerard Moreno es más mundano y previsible. Sólo generaban peligro en la estrategia de córners y faltas laterales. Ahí sí sufría el Levante, un equipo que no perdía el sitio, pero tampoco encontraba
PUERTA 2 0 0 0 0 0 0 0 0
2
3 2 2 1 1 1 0 1 1 0 0 0 0 12
FUERA 0 2 1 1 1 1 1 1 1
9
1 1 1 2 2 1 2 0 0 1 1 1 1 14 espacios. Hasta el descanso, un remate de Dani García y ya.
Cárdenas, héroe en Fuenlabrada, permitió que ‘el efecto banquillo’ tuviera el sentido que buscaba Paco López. El guardameta, el mejor de los suyos, del partido en general, evitó en el 49’ que Alcácer celebrara un gol tres meses después. Así, por Cárdenas, el partido seguía 0-0 cuando los Morales, Miramón, Melero, Roger, Clerc y después León entraron a escena.
Con ellos el Levante pasó a jugar con su clásico 4-4-2; por ellos Emery tiró a los suyos unos cuantos metros atrás. Ahí el dominio se equilibró. Pero los amarillos cerraban bien los espacios y la única intervención que tuvo que hacer Rulli fue a remate equivocado de Pedraza. El Villarreal llegó al minuto 90 en campo rival, instante en el que Cárdenas evitó el gol de Parejo tras saque de falta y Postigo, bajo palos, sacó el rechace de Baena, evitando la eliminación del Levante, dando paso a 30 minutos más y asistiendo sin saberlo a que Roger hiciera historia. En la prórroga sólo pasaron dos cosas: un penalti que pitó Soto Grado pero que González Fuertes lo dejó, con razón, en falta fuera del área, y ese gol en el 120’ de Roger. Historia que tú hiciste.