AS (Levante)

Dani Ruiz-Bazán “La Gabarra es lo más grande que puedes vivir”

- ALFONSO HERRÁN

EI carisma de Dani (Sopuerta, 69 años) es enorme. Es el tercer goleador en la historia del Athletic y uno de los jugadores más amados por la grada. Hasta los jóvenes hoy en día le reconocen.

—Estoy un poco hasta las narices, permítame la confianza e ironía, de entrevista­rle por ser el último capitán del Athletic que levantó una Copa. Ahora vienen dos finales. ¡Malo sería que aquí no acabe este serial! —¡Tú dirás! Ja, ja, ja. En la mente de todos está que de las dos, al menos saquemos una. Lo ideal sería ganar ambas, pero tampoco seamos egoístas. Sería bueno levantar una Copa en el momento en el que estamos, tal y como anda el fútbol.

—Si hay que coger una… ¿el derbi?

—Lo miro como futbolista. Si perdemos la primera, va ser más difícil la segunda, no porque sea un equipo u otro, no trato de poner el foco en la rivalidad. Moralmente puede influir que pierdas la primera. Igual haces un buen partido y si caes, le das muchas vueltas a la cabeza. Nos pasó en el 84, todo el mundo pensaba que iba a ganar el Barcelona, y luego el gol de Endika nos dio el triunfo. Igual crees que puedes ganar y si pierdes, sería muy perjudicia­l para la segunda. Lo primero es ganar la del día 3, y después que sea lo que Dios quiera.

—Poder ganar una Copa 37 años después y tener dos finales en 14 días tiene que crear una ansiedad…

—Mucha. El entrenador ha manejado el discurso lógico de pensar en la Liga hasta ahora pero el jugador tiene un hormigueo… vas mirando el calendario y quitas una hoja día a día. No ha pasado en la vida.

—¿Lo de esperar un año para esta final le ha parecido bien?

—Antes que el Athletic, que las finales y que el fútbol está la vida de las personas, de los aficionado­s. Tenemos que pensar en la cantidad de hinchas del Athletic que se han ido e intentar evitar que nos deje ni uno más.

Cada vez que veo una esquela en el periódico y el escudo del Athletic en la izquierda, se me parte el corazón. El Athletic es tan grande que ya se celebrará. Los de Bilbao hacemos lo que nos da la gana ¿no? Ahora tenemos que demostrarl­o: lo celebrarem­os cuando nos dé la gana, ojalá nos llevemos las dos finales y como si lo festejamos un 31 de febrero.

—Pero ver La Cartuja vacía da un dolor…

—Ha sido un año terrible. Estoy viendo el fútbol y parece otra cosa. Veo al Athletic y tengo un sentimient­o apático, una tristeza… San Mamés vacío es muy triste. El Athletic vive al 99 por ciento de su afición.

—La final aquella del 84, el gol de Endika, la tángana con Maradona…

—La Copa, las Ligas… Yo llevaba una trayectori­a de muchos equipos cedido, tenía años en el Athletic y estaba llegando al ocaso de mi carrera y pensaba en la cama: ‘me voy sin conseguir ningún título’. Cuando uno hace una carrera larga, lamentas irte sin haber ganado nada. Y, de repente, me encontré con un título de Liga siendo capitán, uno de Copa y otra Liga. No hay adjetivos en el castellano para explicarte lo que significa. Cuando veo imágenes se me pone la carne de gallina, Ahora hablando contigo veo la Gabarra y se me remueve el alma.

Es la mayor alegría del mundo y los jugadores de hoy en día no han disfrutado aquello, pero les puedo decir que es lo más grande que puedes vivir. El Athletic demostrará al resto del fútbol que nuestra filosofía es importante. —Estamos cerca de San Mamés y de la Gabarra. Aquel millón de personas celebrándo­lo le traerá muchos recuerdos. —Llenarías tres periódicos con las anécdotas, las ilusiones y las lágrimas que eché. Ancianos de ochenta años que se nos asomaban al camión, aquel en el que veníamos de Lemona. Sólo querían tocar a Dani. ¡Ni Jesucristo cuando la última cena! Me tocaban la mano y se iban más contentos… Monjas de clausura que nunca salían y allí las veíamos, los de las grúas de los astilleros a 30 metros de altura... Fue la ostra. La gente explotó de alegría. —Tercero en goles, con 199 en 402 partidos. Aduriz se quedó lejos. Parece imbatible en ese cajón del podio histórico del club.

—Es más difícil. Tenía una gran amistad con Aduriz y le decía: ‘no vas a llegar, te va a faltar’. Es muy complicado. Si ves las estadístic­as de goles, antiguamen­te en nuestra época nos hacían más y hacíamos más. Antes era raro que en un partido en San Mamés no rematara cuatro o cinco veces a gol. —¿Si tuviera que tachar a uno de la Real sería a Oyarzabal?

—Soy un deportista y no tacho a ninguno. Detesto a la gente que odia a la Real Sociedad. —Pero ¿cuál es el que más le gusta? —Oyarzabal tiene algo especial. Su equipo es superior, pero no quiere decir que sea favorito. Influyen los nervios, el árbitro, los fallos... todo junto. Al que mejor le sale, gana.

Pandemia “Antes que el fútbol y las finales está la vida de las personas”

Finales “La segunda sería mucho más difícil en el caso de perder la primera”

Hace unos días el Racing Club anunció que haría socios eternos a los hinchas del equipo de Avellaneda desapareci­dos durante la dictadura argentina. El sociólogo Julián Scher es el encargado de rastrear los nombres de los aficionado­s que merecerán tamaño honor. La promesa de la eternidad racinguist­a no compensará el dolor de las familias ni el silencio ignominios­o en el que ocurrieron las desaparici­ones, pero al menos da a aquellas víctimas un estatuto especial reservado para los héroes. Yo creo, por otro lado, que el gesto hace más grande al club y también un poquito mejor este mundo en el que vivimos.

En la otra punta del mundo, los jugadores de la selección noruega saltaron al campo en sus partidos clasificat­orios al Mundial con una camiseta que rezaba “Derechos humanos, dentro y fuera del campo”. Unos días después, se sumaban a la reivindica­ción los jugadores de la selección alemana, con el mismo mensaje, pero mucho mejor diseño, y los de Holanda.

nivel de clubes, la European Football Developmen­t Network, formada por entidades de toda Europa, ha puesto en marcha un año más la campaña More than Football con la que se busca dar visibilida­d a los proyectos que decenas de clubes y fundacione­s del fútbol mantienen con el objetivo de la mejora social en sus territorio­s. Es cierto que los clubes podrían hacer mucho más, pero no lo es menos que en los últimos veinte años se ha producido un importante giro social en el mundo del deporte.

EAEl estadio ha sido y es un ámbito de reivindica­ción y libertad. Y puede seguir siéndolo

l tópico define al fútbol como el opio del pueblo, una suerte de adormidera que impide el progreso social. Esta idea se fundamenta en el uso que las diferentes dictaduras han hecho históricam­ente del deporte rey para sus propios intereses, pero olvida que, en el otro lado de la balanza, el estadio ha sido y es un ámbito de libertad y reivindica­ción. Y puede seguir siéndolo, tanto en el verde como en la grada. Todo depende de las personas que lo habiten en cada momento y de sus intereses. A mí, esta semana me reconcilia con mi pasión y me da esperanza de poder tener un fútbol mejor y más justo.

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Dani, con una réplica de la Copa de 1984 junto a la Gabarra y a San Mamés.
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