Será el juez
McNulty defiende 23 segundos de ventaja en la última etapa ● Roglic y Pogacar, ante el desafío por la txapela
carreras que recuerdan todos los aficionados, aunque habitualmente tiene más mitología que segundos. Todo hace pensar en un Roglic-Pogacar, reeditando su bella batalla del último Tour, un pulso que ha tenido su continuidad por las carreteras vascas. Pero hay varios invitados al combate con ganas de hacer saltar la banca. Como McNulty, un ciclista con un futuro esplendoroso. El norteamericano se ha colado en la fiesta eslovena, en un duelo de gigantes.
La carrera ha sido apasionante y hoy nadie piensa en una decepción. Pogacar avanzó ayer que el objetivo de su equipo, el UAE Emirates, para la etapa decisiva es defender el liderato de su compañero Brandon McNulty. El ganador del Tour es un corredor siempre al ataque, pero esta vez a él y al UAE les toca controlar todo lo que se mueva. Y el líder recoge el guante: “Roglic es mi mayor amenaza, tenemos el equipo más fuerte de la carrera y estoy en una buena posición. Me siento un poco nervioso por la responsabilidad, ha sido emocionante liderar una carrera a este nivel”.
Se espera lluvia y puede estar el piso deslizante y condicionar los ataques. Bahrain y Astana son los llamados a desatar la revuelta desde el principio. Landa, Ion Izagirre y un Pello Bilbao que es el mejor colocado en la general, cuarto, del pelotón nacional darán guerra. Lo más interesante será ver quién rompe la carrera primero y cuántos ciclistas se van por delante. Y luego, la responsabilidad que se toma por detrás. Roglic se ha quitado presión, pero tiene que dar la cara. Su director, Niermann, amenazó: “Van a pasar muchas cosas”.
Landa también será agresivo y está con buenas piernas. No se le ha visto casi y quiere demostrar que corre en casa. Tampoco conviene descartar a Valverde, que ayer celebró los 18 años de su primera victoria, precisamente en la Itzulia, ante Rebellin en un esprint en Vitoria.