Hasta el final
Marvin y Miguel Gutiérrez fueron titulares y gustaron ● Rodrygo, Odriozola y Benzema completaron la goleada blanca
GRANADA Luis Suárez Jorge Molina Quina Machis Puertas Fede Vico Marín
Total
REAL MADRID Benzema Vinicius Rodrygo Odriozola Modric Marvin Valverde Nacho Asensio Total
PUERTA 3 1 1 0 0 0 0
5
2 2 1 1 1 0 0 0 0 7
FUERA 1 0 0 1 1 1 1 5
2 1 2 0 0 1 1 1 1 9 atrevimiento. En el mejor Marcelo no hubiera extrañado. En un chaval de 19 años que jugaba su primer partido como titular causó un esperanzador asombro. El tanto acomodó aún más al Madrid porque el Granada no encontró a Puertas ni a Machis y menos aún a Fede Vico o Jorge Molina. El once de Diego Martínez tenía pretensiones ofensivas, con tres mediapuntas y un nueve de referencia, pero en el fútbol, a menudo, no se caza más por llevar más munición.
En cualquier caso, alcanzada la ventaja, el Madrid moderó el discurso. Utilizó la pelota como escudo y consiguió que nada sucediese
■ Osasuna-Cádiz
■ Elche-Alavés
■ Levante-Barcelona
■ Sevilla-Valencia
■ Celta-Getafe
■ Huesca-Athletic
■ Atlético-R. Sociedad
■ Valladolid-Villarreal
■ Eibar-Betis
■ Granada-R. Madrid cerca de Courtois hasta que metió el segundo zarpazo, antes del descanso. Rodrygo sacó ventaja de una disputa ganada por Marvin y fue buscándose el hueco en el área hasta que asomó. Su disparo cruzado fue inapelable. Tiene menos cascabeles que Vinicius, pero su temple en el área es notablemente superior. Una lástima esa frialdad que afea mucho sus virtudes.
En la segunda mitad el Granada dejó su papel de oyente y el Madrid se puso en automático tras un rápido cálculo de la paliza del viaje de vuelta y lo cerca que anda San Mamés. Y los cambios de Diego
Martínez tuvieron más efecto que los de Zidane, cuya intención era masajear al equipo. Soro y Suárez le dieron presencia ofensiva al Granada. El colombiano pifió un remate asomado a la línea de gol, pero el segundo lo enganchó de lleno y el rechace de Courtois le sirvió a Jorge Molina para poner el partido al alcance de los suyos. Duró un suspiro, lo que tardaron Odriozola en aplicar un trallazo a una cesión de Hazard, obligado al centro tras un mal control, y Benzema en aprovechar una salida estrafalaria de Rui Silva. Fue el último servicio del francés, al que de inmediato se guardó Zidane. Es un metal precioso. Y el Madrid se marchó de Granada dejando un mensaje repetido a lo largo de su historia: acabará esta Liga en Cibeles o en Little Bighorn.