“El nombre de Pau está en nuestros pasillos”
Marlen Bugarin, del Children’s Hospital Los Angeles, recuerda con AS el trabajo que realizó Pau Gasol con este centro
Pau quería “marcar la diferencia”. Y Marlene Bugarin, que ya formaba parte entonces de la dirección de relaciones públicas del Children’s Hospital, explica ahora a AS cómo lo conseguía: “Un niño podía estar muy triste, pero llegaba Pau de visita y eso marcaba la diferencia. Era algo que me llenaba mucho porque es una persona muy honesta, genuina. Me acuerdo de sus visitas, de cómo preparábamos todo, las sorpresas a los niños que estaban ingresados… eso era lo mejor”.
En cuanto se pone un pie en Los Ángeles, y más allá del omnipresente púrpura y dorado de los Lakers, se entiende que el baloncesto es el motor del legado de Pau Gasol pero ni mucho menos lo único que definía a un tipo que llegó a comenzar la carrera de medicina (“quería curar a la gente”), el mundo que había conocido en su infancia por el trabajo de sus padres. Por eso ahora, cuando los Lakers han decidido retirar su número 16 y darle un nuevo peso en la leyenda de la franquicia, algunos como ella sonríen por el exjugador… pero muy especialmente por la persona: “Nos alegramos mucho, Pau significa algo muy especial para nuestro hos- pital. Su nombre está por nuestros pasillos, y es sinónimo de Los Ángeles porque hacia todo lo que podía por la ciudad. Está en nuestros corazones”.
El CHLA, con su fotogénico puente de acera a acera de Sunset Boulevard, es uno de los principales hospitales pediátricos de Estados Unidos. Tiene casi 500 camas, unos 900 médicos y alrededor de 6.500 empleados en total. Según U.S News and World Report, es el mejor hospital para niños de California y uno de los cinco mejores de Estados Unidos. Inaugurado en 1901 en East Hollywood, fue el lugar al que Pau Gasol se acercó porque,
sencillamente, quería echar una mano: “Todo comenzó cuando conoció a uno de nuestros cirujanos. Él tenía muchas inquietudes, había empezado a estudiar medicina… Quería asistir a una operación, así que estuvo presente en una cirugía de
espina dorsal a una niña. Creo que su estancia en Los Ángeles fue la oportunidad que quería tener para ayudar a los niños, pasar tiempo con ellos y sus familias… Hizo muchas cosas”.
Bugarin vio cómo visitaba el hospital sin cámaras ni promoción pública: “Se notaba que quería estar allí. Acababa el entrenamiento y venía. Estaba muy cansado y le costaba por el tráfico que hay en esta ciudad, pero sacaba tiempo. Yo creo que venía dos veces al mes. Se entendía bien con las familias, transmitía empatía… daba igual que fueran niños que tenían cáncer o que hubieran pasado por cirugías complejas. Eran momentos muy especiales. Los niños estaban ansiosos por verle y él tenía tiempo para todos. Se quedaba dos o tres horas y establecía relaciones de verdad con los enfermos y también con los médicos, las enfermeras…”.
Precisamente en la temporada 201112, Pau se llevó el Walter Kennedy Citizenship Award, el premio con el que la NBA reconocía “el trabajo y la dedicación en la comunidad”. Lleva dos décadas vinculado a UNICEF y su Gasol Fundation combate la obesidad infantil y promociona hábitos de vida saludables. Todo eso, el jugador fuera de la pista de baloncesto, también es el Pau Gasol al que adoran en Los Ángeles y, desde luego, en el CHLA. También por las donaciones económicas y la voluntad de prestar su imagen para cualquier campaña, incluido un juego interactivo, Where is Pau, que se creó con él como protagonista para presentar áreas nuevas del hospital. “Llegó a acuerdos con una empresa española, Grifols, para que nos donaran tecnología destinada a nuestro servicio de farmacia. Intentaba que tuviéramos conexión con la NBA… le dimos el premio Courage to Care por todo lo que hacía por el hospital y sus familias. Y fue merecido”, termina una Marlen Bugarin que recuerda esa gala, en la que Pau y la modelo Heidi Klum eran los rostros visibles bajo el paraguas de Walt Disney. Courage to Care: el coraje para cuidar de lo demás. Eso es una parte enorme de su legado. Una que también va, con el número 16, al techo del Crypto.com Arena.
Honesto “Un niño podía estar triste, pero llegaba él de visita y marcaba la diferencia”
Empatía “Se quedaba dos o tres horas y establecía relaciones con los enfermos”