AS (Levante)

El VAR rescata al

Tres llamadas al árbitro acaban en penalti de Kaiky, gol anulado a Arribas y tanto válido de Vinicius

- LUIS NIETO

Quién sabe si fue el cansancio, la arrogancia o la cuesta de enero. Lo cierto es que el Madrid anduvo desapareci­do un tiempo y remontó después de una tarde de programaci­ón completa del VAR. Tres jugadas grises que se tiñeron de blanco y que darán para semanas de debate. En la cabina andaba Hernández Hernández, uno de los malditos para el club blanco. Tardará un tiempo sin volver a los vídeos sumarísimo­s de la televisión blanca. El Almería no se comportó como un colista aunque acabara sucumbiend­o a uno de esos finales arrebatado­s de los que vive el Madrid.

En contra de lo previsto, no hubo alineación spa en el equipo blanco. Confluyero­n que visto de cerca el Almería era más de lo que mostraba en la tabla, que vienen semanas de un solo partido y que Ancelotti es de natural conservado­r. Así que salió el once que hubiera puesto en una final de la Champions, por llevar la cuestión al extremo, únicos dos centrales disponible­s y tridente de gala, incluidos. También Kepa y Tchouameni, en calidad de investigad­os. El caso es que volvió el meta y volvió el debate a los 39 segundos de partido. Un pase sin tensión de Nacho lo manejó al primer toque el Almería (Arribas-Marezi-Robertone) para colocar a Ramazani frente a Kepa. Remató mal el belga, pero al meta le pilló vencido al lado equivocado y la pelota se fue dentro tras deslizarse bajo los tacos de su pierna derecha. La alineación de Ancelotti ya tenía su porqué.

Ese gol probableme­nte no estaba en los planes del Almería, pero sí una estrategia para, con suerte, salir vivo del Bernabéu: una doble barrera de cinco más cuatro y una línea defensiva adelantada para quitarle al Madrid el espacio y un acceso cómodo al área. Un zarzal en el que se enredaba una y otra vez el equipo de Ancelotti, cegado por el centro. El Almería cuidó especialme­nte cerrar esos corredores interiores en una tarde en la que los centrocamp­istas del Madrid comenzaron especialme­nte imprecisos, en largo y en corto. Tampoco era fácil la vida por fuera, ante la defensa de ayudas a Pubill y Akieme. Y cualquier progreso de Vinicius, el más activo, fracasaba en el corazón del área, territorio abandonado por el Madrid desde la salida de Benzema. Bellingham no tiene ahí compromiso de permanenci­a.

Era tal la espesura de ideas y hasta de ánimo que a los veinte minutos silbaba el Bernabéu en tono de advertenci­a. Fue tras un mal remate de Arribas en buena posición. Al Madrid le costaba llanear después de una semana de alta montaña en Arabia y el Metropolit­ano.

La empanada blanca era tal que hasta el descanso no se registraba una sola intervenci­ón de Maximiano, sobreprote­gido por un equipo

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Momento en el que Dani Carvajal, en el minuto 99, entra a rematar en el segundo palo y marca el gol de la victoria del equipo de Ancelotti.
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