Rafa Nadal vuelve con hambre y el drive afilado
Arrolló a Berdych en Abu Dhabi (6-0 y 6-4) y hoy, contra Raonic
El Mubadala World Tennis Championship, de nombre tan pomposo, es una exhibición para todo el mundo... menos para Rafa Nadal. El español, ahora número nueve del ránking, comenzó el nuevo curso, que ya asoma por Australia la primera semana de enero, con una victoria luminosa sobre Tomas Berdych, diez del ránking, por 6-0 y 6-4.
Hoy, Nadal se medirá con Milos Raonic (16:00, TDP) en la semifinal. Una prueba de altura por la carga de tiros que impulsa desde sus 196 centímetros y porque es el actual número tres del mundo... al que llegó de la mano de Carlos Moyá, que ahora formará parte del banquillo de su paisano y con el que debutará en Melbourne.
En una demostración de que Nadal tiene hambre, reventó el partido de salida. Con el ansia (pero sin descontrol, que es lo importante) de quien necesita volver a sentirse temido, colocó un rosco en el marcador en apenas 25 minutos.
“El primer set fue fantástico. Era difícil imaginar algo así cuando no has competido por un tiempo. No esperaba estar a un nivel tan alto. Con cada golpe de derecha creé algo y pude abrir la pista. Necesito jugar así si quiero tener éxito”, analizó.
Rafa pasó muchos apuros este año con la lesión en su muñeca izquierda. Su drive se veía disminuido en profundidad y el revés perdió mordiente porque el dolor le impedía pegar con potencia e intención los restos. Y en Abu Dhabi evidenció que el problema parece estar solucionado. Fueron tres breaks fulminantes que dejaron noqueado a Berdych, un tenista que también busca dar un paso más y ha incorporado a Goran Ivanisevic como entrenador.
“Hice un montón de daño con mi drive. Este ha sido uno de mis principales objetivos en estas dos últimas temporadas: redescubrir mi drive. Cuando golpeo bien, tengo el control de los puntos”, analizó luego feliz y consciente de que si funciona su tiro más decisivo, ese drive invertido de fuera hacia dentro, será capaz de muchas cosas.
En la segunda manga, el checo espabiló, pero no fue suficiente. Nadal aguantó las embestidas y los intercambios desde el fondo. Manejó los momentos críticos y consiguió una rotura en el noveno juego para cerrar luego con contundencia. Un ace certificó que siente hambre. “Quiero disfrutar. Para mí, ya no hay presión. Sólo debo dar lo mejor, porque comienzo de cero”, dijo. Un primer anuncio, sí, sólo un atisbo, pero esperanzador.
Feliz “El primer set fue fantástico; no esperaba un nivel tan alto”
Mejora “Redescubrir mi drive era uno de mis objetivos las dos últimas temporadas”