Rubi se estrena ante un Betis muy fuerte en casa
Víctor, sin Joaquín. No se espera ‘revolución’ asturiana
Aparece en Heliópolis Joan Francesc Ferrer Rubi por el banquillo del Sporting para intentar rescatar al equipo asturiano de las tinieblas y los más optimistas se agarran al mito, porque mito es, de “entrenador nuevo, victoria segura”. Caparrós, Lucas Alcaraz y el Gato Romero debutaron esta campaña en los banquillos con una derrota; el osasunista Vasiljevic lo hizo con un empate y Prandelli, que luego no volvería a ganar un partido de Liga, con una victoria. Antes y después del entrenador italiano, Voro se ha estrenado dos veces con el Valencia: en la primera ganó al Alavés y en la segunda cayó estrepitosamente (1-4) ante el Celta, en Copa del Rey.
Curioso: Víctor Sánchez del Amo fue, además de Prandelli y Voro, el otro técnico sustituto de Primera que esta campaña comenzó con estrella en un banquillo de Primera, el del Betis, al derrotar a Las Palmas. Lo hizo en el Villamarín, donde el equipo verdiblanco ha crecido respecto a Poyet. En casa, el madrileño no ha perdido aún y cosecha cuatro victorias (una en Copa) y un empate. Fuera, todo derrotas. La fortaleza casera queda hoy algo debilitada por un amplio cuadro de bajas (Sanabria, Felipe, José Carlos, Mandi) a la que se ha sumado esta semana Joaquín Sánchez. Si no hay sorpresa continuará con el 5-3-2 como sistema fetiche porque vuelven de una sanción Bruno y Petros.
Carmona, mediocentro. Rubi se estrena con importante hándicap, el de no disponer de dos futbolistas indiscutibles para Abelardo: Sergio Álvarez (sancionado) y Jorge Meré (lesionado). Sus bajas y la obligación de sumar algo por primera vez en mes y medio (5 de los últimos 45 puntos en juego) obligan al entrenador catalán a tocar alguna tecla mágica, alguna estrategia rompedora en la se incluye su propia y novedosa presencia. Desde Gijón se afirma que no habrá demasiados cambios sobre las alineaciones que planteaba el Pitu, si acaso el regreso de Cop junto a Viguera, lo que implicaría jugar con dos delanteros. Tal vez también la inclusión de Carmona, el sportinguista más en forma de los últimos tiempos, en el mediocentro.
No hay mayor revolución que la que supone colocar a un nuevo inquilino en el banquillo, algo que por sí solo suele animar a los futbolistas. Eso sí, por mucho que el nuevo jefe estimule, los entrenadores no juegan...