AS (Pais Vasco)

Remontada agridulce

El Athletic maduró al APOEL y le devolvió a la vida

- ALFONSO HERRÁN

La moqueta de San Mamés se dejó pisar una vez más por el clásico Athletic en un día que parecía rutinario en la oficina de las remontadas, y acabó con miedo en el cuerpo. El día, cosas de estos inviernos que no son, había sido playero en Bilbao y la noche invitaba a poner la toalla en el asiento del campo y disfrutar de la vista. Son numerosos los adversario­s que pasan por el coliseo rojiblanco con mucho más ánimo que potencial, con más pose que munición, pero a golpe de corneta, por remontadas que llevan camino de hacer historia, acaban en la lona. El último pagano parecía el APOEL, pero se saltó el guion con una pegada de Champions: tres aproximaci­ones a meta y dos goles y un paradón de Iraizoz. Al final, agradeció el gesto de los leones de dejarse llevar por las emociones. Eso se paga y ahora tendrán que sacar su mejor versión a domicilio.

A diferencia de otras tardes, en la que el Athletic no precisó de un certamen de fútbol total para sellar victorias en casa, esta vez sí agarró el juego. Supo juntarse en campo contrario con balón y fueron aflorando jugadores en diferentes alturas, frente al frontón del APOEL, que esperó acontecimi­entos en medio campo aguantando el chaparrón para tratar de trasladar la decisión del cruce a su endemoniad­o estadio.

Era vital abrir el candado chipriota, al que le escocía la gestión del espacio por los costados. A los cuatro minutos ya se registró un triple remate ante el autobús. El acoso y derribo estaba ahí, pero faltaba eficacia y claridad, así que el agazapado equipo de Nicosia saltó por su presa: los leones se volcaron tanto que en un cambio de orientació­n le cogieron la espalda y Efrem dejó helado a San Mamés. Corría el 35’. El Athletic se puso el buzo de remontador y en dos minutos ya cumplió la mitad del trabajo con un tanto de traca: Williams lanzó ante el gato Waterman y Balenziaga cogió el rechace, para golpear y dar en dos rivales, uno de ellos Merkis, en la cara, para ese empate. Después el lateral se marchó con una sobrecarga en la parte posterior del muslo.

Williams Desbordó, asistió, marcó... fue una pesadilla toda la noche

El infierno. Aduriz culminó la remontada y Williams, imperial toda la noche, dejó la eliminator­ia medio encarrilad­a; pero el equipo bilbaíno no supo conservar la ventaja y devolvió a la vida al rival por no tener la cabeza fría. Ahora tendrá que poner hielo al GSP, porque ese estadio invita a pensar la ocasión perdida.

 ??  ?? FELICES. El equipo hace piña en una esquina tras el dos a uno de Aduriz, que culminaba la enésima remontada.
FELICES. El equipo hace piña en una esquina tras el dos a uno de Aduriz, que culminaba la enésima remontada.
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