Marc y el Oeste ganan en la gran fiesta de la NBA
El español rozó el triple-doble en un partido que solo fue un show
Según una reciente encuesta de la prensa de Memphis, el 90% de los aficionados de los Grizzlies están absolutamente felices con el desempeño de Marc Gasol. Después de su grave lesión en un pie, el pívot está jugando a su mejor nivel en una temporada en la que ha participado en el tercer All Star Game de su carrera, ya asentado entre los mejores jugadores del mundo. Marc (rozó el triple-doble: 10 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias marca de la casa) contribuyó al triunfo del Oeste (192-182, a cuatro puntos del récord de anotación batido hace un año) y disfrutó de una fiesta que seguramente ha sido más brillante en la calle que en la pista.
Porque este All Star Weekend se ha impregnado de Nueva Orleans y su Mardi Gras hasta el punto de que algunos plantean en voz baja la reconversión de la ciudad en sede fija. Parece improbable, pero ha sido el tercero en una década, desde el inolvidable aterrizaje de la comitiva NBA en 2008 (un mensaje al mundo tras el horror del Katrina) con continuación nueve años después. Esta edición la perdió Charlotte por las inadmisibles leyes contra la comunidad gay que aprobó Carolina del Norte. ¿La respuesta? Nueva Orleans en pleno carnaval.
Como a nadie le importaba mucho el resultado, la atención se fue a los detalles. Sobre todo a uno: Durant asistió para un mate de Westbrook. El banquillo del Oeste lo celebró en pie, como si un pedazo del hacha de guerra estuviera quedando enterrado por fin tras la marcha de Durant a los Warriors este verano. Será la imagen más recordada del All Star 2017.
Anthony Davis se coronó MVP con récord histórico de puntos (52) y LeBron corrigió el concurso de mates del día anterior con siete. James es el único jugador con más de 300 puntos en la historia del evento. En la era en la que más profundidad de talento tiene la Liga, probablemente este partido merecería un pelín más de seriedad, o al menos de disimulo. Pero lo que sin duda merece es una sede como Nueva Orleans, que añadió una tonelada de vida a la gran fiesta de la NBA.