Tarde aciaga de Varane
Los 500 madridistas que fueron a Mestalla se llevaron un chasco. El Valencia noqueó de inicio al líder con dos golazos de Zaza y Orellana. La única alegría me la dio el Juvenil de Guti... ► Raphael, negado. No acostumbro a personalizar. El fútbol es un deporte colectivo en el que todos se reparten las loas y los lodos. Pero hay partidos en los que al menos se puede empezar a focalizar el fracaso si miramos con lupa las acciones individuales que desembocaron en una derrota tan dolorosa como justa. No seré yo el que busque excusas a lo sucedido en Mestalla. No fue la tarde de Varane. El central francés acumuló en el arranque dos errores que costaron dos goles como dos soles de Zaza y Orellana, la guardia de refuerzo invernal que ha traído Peter Lim para las orillas del Turia. Zidane lo definió bien: “Nos ha faltado concentración sin balón”. Eso le pasó al joven central francés. No encimó lo suficiente a Zaza en el 1-0. El italiano firmó una maniobra maravillosa, pero jamás hubiera podido consumarla si Varane le hubiera tapado con fiereza. En el 2-0 fue peor. Varane perdió de forma temeraria un balón en campo valencianista, dejó una autopista libre al enemigo y cuando remató Orellana llegó tarde a la ayuda. Y en el segundo tiempo pudo ver la roja por una patada en la cara a Gayà que no venía a cuento. Y tuvo otra pifia terrible que pudo costar el tercer gol che, dado que su error obligó luego a Carvajal a hacer un penalti a Zaza que el árbitro no vio. Cuando Nacho salió por Varane me sentí aliviado. Pero el marcador no era reversible. Y Pepe, un jabato que debería tener más protagonismo desde ahora, lo sufrió por televisión desde Madrid...
► Comunión. “Las cosas podían haber sucedido de cualquier manera y, sin embargo, sucedieron así”. La cita es de Miguel Delibes y cabe aplicarla en un partido de ida y vuelta que acabó convirtiendo en bala de fogueo la bala de cañón que tenía el líder para romper la Liga. Pero es justo reconocer que el Valencia jugó con actitud y aptitud. Fue intenso, fiero en el repliegue y voraz en las arrancadas a la contra, con Munir iluminado y el italiano Zaza doctorándose en el juego con el cuerpo que debe tener un nueve para hacer pupa a la zaga rival. Zaza hizo mucho daño por su inteligencia gestual y corporal. Lo que se llama un incordio. Benzema debería tomar nota. Un delantero centro también está para eso, no sólo para hacer paredes, amagos, fintas y regates bellos. Eso suma, pero no puede ser que el delantero centro del Madrid no huela la sangre en partidos donde la cuesta se empina. Carvajal y Marcelo se hincharon a tirar centros desde los costados, pero los únicos rematadores que esperaban eran Cristiano, Bale y Ramos. Habrá que reflexionar sobre ello.
► Cristiano, ascendente. El crack portugués volvió a dar la cara y a dejarse el alma para ayudar al equipo. Mantuvo un duelo épico con Garay y Mangala. Firmó el 2-1 de la esperanza con un cabezazo imperial antes del descanso al que no pudo llegar Diego Alves. Acto seguido casi mete el 2-2. Y Mangala le hizo un penalti sin castigo cuando iban 2-1. El portugués sigue reseteándose para bien, pero el equipo no le ayudó ayer a lucir su evidente mejoría.
► Toca reaccionar. Hay que levantarse porque el domingo toca salida de ‘alto riesgo’ en Villarreal y aún somos líderes en solitario. Me lo recuerdan David y Eusebio de la Peña Iluro de Mataró, Antonio ‘El lotero de Fuengirola’, Fabián de Benicarló y todas las peñas madridistas de la Comunidad Valenciana. Y no me olvido de Cati Lorenzo, de Torremejía, que terminará ganando la batalla contra su dura enfermedad. ¡Ánimo!