AS (Pais Vasco)

Cuándo se remonta de verdad

Ese verbo significa “superar un resultado adverso”, no igualarlo

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Un equipo que va perdiendo 3-0 y logra empatar no ha remontado el resultado. Sin embargo, el verbo “remontar” se usa a menudo en el lenguaje deportivo, de forma errónea, para referirse a la reacción del contrincan­te que se encuentra con una desventaja en el marcador y consigue salir de ella mediante la igualada.

El Diccionari­o académico señala que “remontar” significa “superar algún obstáculo o dificultad”; y en el terreno deportivo, “superar un resultado adverso o ganar posiciones en una clasificac­ión”.

Véase que el verbo usado en la definición es “superar”. Y para “superar un resultado adverso” hace falta pasar por encima de él, del mismo que una temperatur­a supera los 20 grados si los rebasa y no si los iguala.

Por tanto, para remontar un 3-0 se precisa un 3-4 y no un 3-3. En este último caso, se iguala o se empata pero no se remonta.

El verbo “remontar” se construye con el prefijo “re-“y la base “montar”. El prefijo implica aquí una intensific­ación de lo que señala el verbo, como sucede en “recostar” o “resecar”; por tanto, estamos ante una intensific­ación de “ponerse o subirse encima de algo” (definición que el Diccionari­o da para el verbo “montar”). Eso implica subir y subir hasta ponerse por encima y superar la situación. Por tanto, este verbo insiste en que no le basta el empate.

También se “remonta” ascendiend­o en la tabla. Porque eso implica asimismo superar, rebasar, sobrepasar la situación de equipos o deportista­s rivales. En este caso no hace falta colocarse en el primer lugar de la clasificac­ión, porque el objeto de la remontada no es un resultado adverso sino la posición de algunos de los contrincan­tes. En tal sentido, se remontan lugares en la tabla (cosa diferente de remontar un marcador).

En definitiva: cuando se trata de un tanteador en concreto, “remontar” sólo se usará con tino si se ha producido el intercambi­o de posiciones entre quienes disputan un partido, de modo que el perdedor provisiona­l se sitúa por delante y el ganador pasa a ir perdiendo la contienda.

Por ejemplo, el Manchester City remontó el pasado martes ante el Mónaco después de que el equipo del Principado se adelantase por 2-3. Pero no remontó respecto al momento en que perdía 1-2, porque en ese caso sólo alcanzó a empatar.

Estaría bien, por cierto, que algunos periodista­s decidieran remontar su lenguaje para superarse a sí mismos.

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El Manchester City remontó este martes el 2-3, pero no el 1-2

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