La grada enmudeció tras el amargo adiós europeo
Homenaje a Valverde en un San Mamés inexpresivo
La semana fue dura y el colofón tenía que ser un triunfo a toda costa. San Mamés estuvo mudo. Inexpresivo. Cuando salió el equipo a calentar había muy poca gente y se combinaron pitos con aplausos. División de opiniones. Había 13.000 asientos vacíos. Muchos. El acto entrañable con Valverde antes de arrancar el juego podía aportar algo de calor, pero no encendió el horno. El presidente Urrutia le entregó una placa y, ante su sorpresa, luego saltó Iraola para obsequiarle junto con Villalibre (el primero y el último león que han debutado bajo su mando) una camiseta con el número 292, los partidos que lleva en Bilbao, en la cúspide de la historia del club. “Ha sido una sorpresa lo de ambos -admitió-. No lo sabía, ha sido emocionante, un pequeño acto. Sabemos que a los entrenadores no nos gustan estos actos previos porque estamos centrados en los nuestro. Se lo agradezco al club y al público, porque me ha emocionado. Me gustaría recibir un homenaje el día que nos clasifiquemos para algo extraordinario... pero veníamos de una eliminación”.
Agradecido. A Valverde no le canta afectuosamente la grada como a Bielsa, pero el gesto de ayer le llegó muy dentro, le tocó la fibra sensible: “Sí me ha reconfortado, en el momento en el que estamos, lo agradezco. No se hacen mucho estas cosas a los entrenadores, es verdad que ha sido una situación especial y por ser este momento sobre todo”. Ya con el balón en juego, gobernaba un silencio tan sepulcral que hubo un momento que hasta se escuchó un grito de Iraizoz. Era el estadio una catedral en el que se advertían las pisadas, como metáfora del heredero del antiguo San Mamés. En el descanso, ni mu. Se hacían notar los cien granadinos En el minuto 56 se percibieron algunos pitos a un mal pase de Bóveda. Sólo hacía falta combinar un poco para arrancar tímidos aplausos. La ovación recayó en Muniain, en el minuto 79. Se volvió a escuchar su nombre coreado: Iker, Iker... Lo demás fue apatía. “Siempre es así. La gente no animó mucho pero nos responde siempre, no es un público que nos pite, mucho por lo menos por la experiencia que tengo de otros campos, que son mucho más duros. Saben que estamos todos en el mismo barco y que hay mirar adelante”, concluyó Valverde.
Emoción Txingurri admitió que le llegó muy dentro el gesto por su récord