EL RECONOCIMIENTO DE LOS VETERANOS DEL MADRID A FERRÁNDIZ
Clifford Luyk: “Pedro me contrató en 1962. Asistió a un partido de pretemporada entre los Knicks, mi equipo, y los Celtics. No había jugado y en el descanso empecé a tirar ganchos. Se fijó en mí y habló con el dueño de los Knicks para llegar a un acuerdo. Me fichó y aquí sigo 55 años después”.
Emiliano Rodríguez: “Tengo recuerdos imborrables de una época donde los triunfos nos sonreían, ganamos cuatro Copas de Europa. Pedro era una persona muy lista, muy hábil en los planteamientos tácticos y estábamos acostumbrados a que nos sorprendiera. Tenía además una gran capacidad para mantener el buen orden dentro del grupo”.
Wayne Brabender: “Jugué en una universidad pequeña (Minnesota Morris), pero alguien le habló de mí y vino desde Madrid a un lugar muy apartado para verme. Llegó en tren, decía que como en el Antiguo Oeste, y montamos un partido improvisado. Ferrándiz tenía un don para elegir jugadores. Era un aventurero y aún lo es. Cincuenta años después se lo agradezco mucho”.
Rafael Rullán: “En la Navidad de 1966 llegué a Madrid para hacer una prueba. Me la realizó el propio Ferrándiz y me fichó. A los jóvenes nos exigía mucho. Era un técnico de gran ingenio y vitalidad”.
Vicente Ramos: “Viví una etapa formidable junto a él (1968-75). Imponía disciplina, la de aquella sociedad. Lo que decía iba a misa, pero las pequeñas diferencias siempre se pulieron: quedan los grandes momentos y el cariño”.
Cristóbal Rodríguez:
“Cambió el baloncesto y lo hizo más profesional, con dedicación exclusiva. Era un gran conocedor de las personas, figura clave junto a Saporta. Homenaje merecido, aunque quizá llegue un poco tarde”.