Saques de banda y nada más
El Málaga sigue su proceso de autoflagelación. Tercera derrota y muy pobres sensaciones. Es verdad que empezó eléctrico con dos oportunidades de Charles en el primer minuto. Después se echó para atrás. Trabajó muchísimo, pero todavía sufre con las jugadas a balón parado.
Kameni, lejos de su mejor momento, interceptó con agilidad un remate de Susaeta.
También inició con ocasiones la segunda parte. Un cabezazo de Jony que sigue perdido y sin confianza. Después otra ocasión de Diego Llorente.
¡Agua! Este equipo se atasca en ataque. El Athletic, sin brillantez, apretó y Álvarez Izquierdo observó penalti por una mano evitable de Camacho quien, diez minutos después se volvió loco pidiendo mano dentro del área de Laporte. Se llevó su undécima amonestación.
Marcelo Romero hizo lo mismo que Juande cuando estaba con el agua al cuello, echar a
En Nesyri, a los leones. Al torrente marroquí, tantas dudas y falta de plan en este Málaga están torciendo su confianza y progresión.
Desesperado del todo el Gato sacó a Sandro siete jornadas después de su lesión. Los recursos ofensivos del Málaga se limitaban a los saques de banda de
Luis Hernández. Así de corto está el Málaga, diseñado en teoría para luchar por Europa y que está con el agua al cuello, castigado por la mediocridad y ya solo pendiente de que
Granada y Sporting no le atosiguen. Ya no hay efecto-Romero. El balance de sus diez partidos es desolador. Cinco puntos de 30 posible. ¿Seguirá regalándole Abdullah Al-Thani las vidas que el Gato ya ha quemado?