Las Palmas tira de talento ante un Osasuna agónico
Jesé se estrena con doblete ante un rival casi descendido
Lo que empieza Jesé, lo acaba Jesé. Doblete del grancanario que inició y cerró una goleada ante un Osasuna, que agoniza y casi se despide de Primera División. El equipo de Vasiljevic puso en jaque a los amarillos en su propio feudo, gracias a dos tantos de Kodro (y ayuda de Varas). Incluso, se escucharon pitidos desde el graderío, a pesar del excelente juego que estaba mostrando los de Setién, pues aunque dominó casi el 85 por ciento de la pelota, Olavide llegó a tener el tercero.
Pero los amarillos se sobrepusieron gracias a la exhibición del mejor Jonathan Viera de la temporada. El mismo que dirigió la orquesta en el Santiago Bernabéu. Una exquisitez.
La ansiedad por ganar, por jugar una final cada domingo pasó factura a un Osasuna que casi se despide. Los rojillos palparon de cerca su segundo triunfo del curso, pero solo por unos minutos. Las Palmas dominó de cabo a rabo un partido que era imposible perder.
Fallo garrafal. El punto de inflexión fue el tanto en propia puerta de Unai García. El defensa trató de despejar un balón sin complicaciones y resbaló. La mala fortuna hizo que entrara en la puerta de un gran Sirigu.
Los dos chispazos de Kodro, que pusieron contra las cuerdas a Las Palmas, quedaron en un mal recuerdo.
La segunda mitad empezó con pitos en el Gran Canaria por el susto de Olavide y ese casi 1-3. Pero respiró el equipo de Setién. Un centro blandito de Roque fue rematado por Livaja de cabeza para hacer el empate. Despertaba el conjunto grancanario. Y de qué manera. Con menos fútbol que en la primera parte, pero más intención, los amarillos acorralaron a Osasuna. La puntilla la haría Roque al poco del resbalón fatídico de Unai. Un balón a la frontal lo remató tibiamente y entró. Lemos pudo impedir la visión a Sirigu. Las protestas de los rojillos no sirvieron.
Con el telón a punto de cerrarse, Jesé culminó la goleada y la fiesta de los amarillos, a costa de un rival agónico.
Error de Unai Resbaló y se marcó en propia puerta el tercer gol amarillo