“El Bayern es el enemigo eterno del madridismo”

Augenthaler

Klaus Augenthaler (26 de septiembre de 1957) fue uno de los protagonistas de los duelos históricos entre Madrid y Bayern. Hizo los cuernos en los dos partidos de la semifinales de la Copa de Europa y explicó a AS por qué...

¿Qué se le pasó por la cabeza durante el sorteo?

—Estaba deseándolo. El Bayern-Madrid sigue siendo el gran clásico de Europa. Se conocen a la perfección después de todas las veces que se han enfrentado. Siempre fueron partidos calientes. —Usted contribuyó en gran parte...

—(Ríe) La última vez que me enfrenté al Madrid fue seis años atrás con las viejas glorias. El presidente me preguntó si aún estaba enfadado con Hugo Sánchez. Me dio unas cuantas patadas y en un acto de rebeldía le di un cachete. El árbitro no lo vio, pero el linier sí y tuve que vivir gran parte de la vuelta de 1987 en el vestuario. —¿Sufrió?

—Lo pasé fatal. Habíamos ganado por 4-1 en la ida y en el Bernabéu íbamos perdiendo por 1-0. Creo que fueron los peores momentos de mi vida en aquel vestuario. Estaba solo y escuchaba el rugir del Bernabéu. Una y otra vez. No sabía si habían marcado. Creo que me fumé unos diez cigarros en cinco minutos, estaba solo ahí abajo. Hasta que encontré a un guardia de seguridad y le pregunté cómo iba el partido. Cuando me dijo que seguía 1-0 me relajé un poco. —Se hizo famoso por hacer los cuernos tanto en la ida como en la vuelta... —En la ida, estaba harto. No paraban de dar patadas. Controlé un balón y un jugador del Madrid me clavó sus tacos en el pecho. Fue brutal, caí de rodillas y enseñé los cuernos, insinuando que no estábamos en un ruedo. En la vuelta, fue instintivo. No recuerdo por qué lo hice. —Al Bernabéu no le gustó...

—Posiblemente, pero el comportamiento de los jugadores del Real Madrid tampoco fue de lo más leal. Daban patadas que recuerdo hasta hoy. —¿Fue en aquella época cuando nació la rivalidad? —Sin duda. Recuerdo un amistoso en Múnich que ganamos por 9-1. Ellos aún no estaban en forma y les pasamos por encima. Les tocó el honor y acto seguido nos invitaron al Trofeo Bernabéu. Allí, contra el Dinamo de Tiflis, un árbitro español nos masacró y llegamos a abandonar el campo. —¿Cómo ve la eliminatoria actual?

—El 0-4 del Allianz tres años atrás sigue presente, pero el mito de La Bestia también sigue en la cabeza de los madridistas. La eliminatoria está igualada. —Breitner llegó a decir en su día que el Madrid le tiene más miedo al Bayern que al revés. —Soy de la misma opinión. En el fútbol existen esos rivales que te hacen temblar y el Bayern es ese enemigo eterno del madridismo. No lo admiten, pero estoy seguro de que en el Madrid hubieran preferido enfrentarse a otro. —¿Pesa el factor Ancelotti? —Conoce el Madrid a la perfección, pero hoy en día ya no hay secretos. Cada entrenador tiene acceso a toda la información que necesite de su rival, con lo cual no pienso que el Bayern parta con ventaja por el hecho de que Ancelotti estuviese entrenando al Madrid durante dos años. El Madrid también tiene sus espías que le harán llegar a

Zidane información. —¿Dónde estará la clave?

—-Como jugador siempre prefería jugar la ida fuera de casa. Pienso que jugar la vuelta en Madrid les favorece. —En cuanto a lo futbolístico, ¿a qué equipo ve mejor? —Los dos presumen de un potencial enorme. No hay uno mejor o peor. Hubiera podido ser la final fácilmente. —¿Lo verá?

—La ida no me la perderé. Es algo especial y siempre lo será. Ambos conjuntos se respetan y en cierto modo también se quieren, siempre y cuando no tengan que enfrentarse sobre el césped (Risas).

En 1987

“Me fumé 10 cigarrillos en cinco minutos cuando me expulsaron”

Gesto

“Enseñé los cuernos insinuando que no estábamos en un ruedo”