El Atlético frente alespejo
Recibe al Leicester, equipo inspirado en su modelo. Simeone no se fía. Máximo respeto
N ada más pisar ayer el Leicester el Calderón, Morgan sacaba el móvil y grababa a su alrededor. El capitán, lesionado, viajaba para hacer piña, grupo. Su entrenador, Shakespeare, unos minutos antes había contado ante la Prensa que su equipo a veces tiene que pellizcarse para comprobar dónde está. Ayer ese pellizco era la foto de Morgan. En efecto, aquí están. Ida de cuartos de final de Champions. Vicente Calderón. Ante el Atleti, un espejo.
Lo dijo Ranieri. Los cimientos de este equipo los puso mirando al Atleti. Defensa sólida, renuncia a la posesión y contras lanzadas como si fuera con tirachinas. Presión alta, intensidad y una palabra por encima de todas, equipo. Así lo hizo, sin que para nadie contara, campeón de la Premier hace unos meses. Así eliminó hace semanas en Champions al mejor Sevilla. Hace tiempo que esta Cenicienta se quitó el hollín.
Y eso que Ranieri ya no está. Fue cesado a finales de febrero por el mal rumbo en liga. Su segundo, Shakespeare, tomó las riendas y el Leicester vuelve a recordar al Leicester de la temporada pasada. Siete partidos, seis victorias y sólo una derrota, que fue en el último, el pasado fin de semana, ante el Everton, y con excusa: se jugó pensando en el Atleti, con más suplentes que habituales.
Su referente vuelve a ser Vardy, un delantero muy Diego Costa. Pura pelea, velocidad y lucha. Y con un matiz en su historia que recuerda a la de Griezmann: con 16 años el Sheffield le rechazó por bajito. Hace cuatro jugaba en séptima división y veía al Leicester por la tele. Hoy escribe su historia en letras grandes. Cada vez que él o Mahrez agarren un balón, una bombilla roja se encenderá en la portería de Oblak: pueden ser letales a la contra.
En la otra, Torres ya sabe qué es batir a Schmeichel (lo hizo en la Premier, en el Chelsea), como el Calderón a su padre, Peter: era el portero del United en una de las grandes noches de Europa del estadio, aquella de Futre, Recopa, 1991 (3-0).
Road to Cardiff. Cuando Morgan hacía la foto, pellizcaba, ese cartel ya aleteaba en el Calderón. Cardiff, la final, el objetivo. Por cuarta temporada seguida, el Atleti está en cuartos y, lo dijo Gabi: no se van a quedar aquí, lucharán por qué no, por pasar a la siguiente pantalla. Cardiff, Cardiff, Cardiff. Es obsesión.
El equipo será el de últimamente. El que ganó a la Real, el que empató el derbi. Simeone recuperó a Gaitán, que estará en el banco, aunque no aún a Gameiro. La verticalidad de Grizi, la zancada de Torres, la solidez de sus hombres o el huracán Filipe. Esos serán hoy sus martillos para ser quien rompa el espejo y, en 180 minutos, estar al otro lado, en la semifinal.
Vardy
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Atleti
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