AS (Pais Vasco)

‘Isconmensu­rable’

Mi amigo Luis Casanova me dijo una vez: “Las Ligas se ganan en los últimos diez minutos de los diez últimos partidos”. El Madrid de Zidane sabe latín en esa materia...

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► Dios te bendiga. Tiene el tren inferior muy bajo. No tiene cuerpo de atleta. Nunca es titular en los partidos de tres estrellas Michelín. Acaba contrato en poco más de un año (30 de junio de 2018). Lleva barba descuidada. No tiene envergadur­a para disputar los balones aéreos... Pero es un genio con botas, un mago tocado por los dioses del fútbol, un tipo capaz de ganar un partido en una baldosa a un millón de chinos, un filigraner­o que hubiera podido competir con Ronaldinho, un regateador sublime, un inventor incesante, un Houdini empeñado en demostrar que el precio de una entrada merece mucho más que una buena actitud y un correcto desempeño, un rebelde con causa, un futbolista con denominaci­ón de origen y sin fecha de caducidad... Si fuera vino, Isco sería un Gran Reserva, pero ya va siendo hora de valorarle como si fuese un vino de culto. En Gijón se matriculó para los restos. Su actuación es de las que se recordarán cuando se consume la conquista de esa soñada Liga 33. Con sólo dos titulares en el campo y ante un Sporting que luchaba bravamente por su salvación, Isco emergió como un Titán para adueñarse del Olimpo y poner todo El Molinón a sus mágicos pies. Valdano lo clavó durante la transmisió­n de Bein: “Lo que tiene que hacer el Madrid es dársela a Isco. Se le ve con todas las luces encendidas. Está lanzado”. Y así fue. Con 1-0, con 2-1, con 2-2... Hasta que llegó el minuto 90, Isco encontró un hueco entre las piernas de Babin y puso el balón donde nunca podía llegar el agilísimo Cuéllar. Gol de oro. Gol que puede valer una Liga. Gol salvador que provocó el éxtasis de sus compañeros y del madridismo. Es un clamor. No hay que esperar más. Hoy, Domingo de Resurrecci­ón, ¡renovación ya! ► Buen Sporting. Que nadie olvide que estos tres puntos eran tan importante­s como los del derbi de la semana pasada o los del Clásico de la que viene. El Barça cedió seis puntos en Riazor y La Rosaleda que pueden costarle el título. En Gijón no se podía fallar, y eso que Zidane planteó una alineación de ‘Alto Riesgo’ con Danilo y Coentrao en los laterales y dejando sólo dos titulares (Ramos y Nacho) para la batalla del martes con el Bayern. El Sporting lo aprovechó, dado que se adelantó dos veces. Vesga demostró ser un futbolista al que merece cogerle la matrícula (pase de genio en el 1-0 y cabezazo envenenado en el 2-1). Pero este Madrid de Zidane no se rinde jamás. Desde que empató Morata (¡otro gol del canterano insaciable!) el partido se volcó sobre Cuéllar, con Mariano jugando de doble 9 y Marcelo y James metiendo bananas en el área asturiana. Hasta que apareció el genio de la lámpara y dio carpetazo al engorroso asunto... No es flor. Es talento y plantillón.

► Nacho y el Clásico. Es el alumno más disciplina­do del Aula Magna de Zidane. No podía cometer errores ni recibir tarjetas. Se perdía el Clásico y tanto Pepe como Varane están KO. No falló. El canterano más ejemplar del último lustro ayudó a Ramos para evitar que la sangría fuera mayor en las contras del Sporting y, además, casi mete un gol de cabeza. Nacho, titularísi­mo en el Clásico. Bien por él.

► Euforia vikinga. Me trasladan su felizidane las peñas de Fuenlabrad­a de los Montes (Badajoz), El Villar de Puertollan­o, Mancha Real ‘Juanito’ (Jaén) y Diego sr., Diego jr., Sheila y Toni, de la churrería La Antigua de Azuqueca de Henares, que me dejan un sms. “Queremos a Isco en el Madrid para siempre”. Escrito queda, amigos.

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