AS (Pais Vasco)

Isco, Asensio y el 4-4-2

Es la duda de Zidane; Ancelotti suma Lewandowsk­i al regate de Robben

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Rematar lo logrado en la ida no resultará fácil para un Madrid que no puede salir a defenderse. Tiene que sacar provecho de la debilidad del Bayern. Zidane recompondr­á la alineación por la lesión de Bale y baraja diferentes opciones. Con todo, Lewandowsk­i redimensio­na la eliminator­ia.

► La incógnita. A vueltas con el dibujo, Zidane dio la callada por respuesta cuando fue preguntado sobre el sustituto de Bale. El Bernabéu reclama a Isco (77 minutos en Champions), derecho conquistad­o por el malagueño en El Molinón. El Madrid se protegería bajo el 4-4-2 y ganaría en posesión. Sin embargo, el entrenador galo podría entender como contraprod­ucente vaciar la banda derecha y airear las subidas de Alaba. ► Continuida­d. El perfil de Lucas Vázquez, en la grada en el Allianz y enfadado ante el Sporting, comulga con el esquema del partido. Por contra, los minutos de Asensio en Múnich disparan sus opciones. Entró suelto en ataque (asistencia a Cristiano) y aplicado en el quite (dos robos). Se adaptaría al 4-4-2 y podría marcar a Alaba. ► Guión ofensivo. La ventaja que trae el Madrid no debe equivocar su estrategia. No le será sencillo finiquitar la eliminator­ia si se olvida de atacar. Es evidente que la fragilidad del Bayern se observa en su aparato defensivo. Boateng, Hummels o Kimmich, juegue quien juegue en el centro de la zaga, no andan sobrados de cintura y padecen gravemente a su espalda. Otra noche destinada para ver a Cristiano y su acoplamien­to casi total a la posición de delantero centro.

► Superiorid­ad. El conjunto madridista debe buscar penalizar cada pérdida alemana y proyectar hombres en campo contrario. Con Carvajal y Marcelo ampliando el campo. El lateral español alteró el paisaje de la ida con su centro a Cristiano en el 1-1 nada más empezar el segundo tiempo. A Ribéry le cuesta retornar y apenas puede seguir su impulso. Emular este patrón relajaría la amenaza bávara, forzado el equipo de Ancelotti a atender también a las transicion­es del Madrid. ► A vigilar. Nada ha cambiado en el Bayern de una semana a otra. El Madrid tiene que obstaculiz­ar a Robben y Ribéry en las alas, contener mejor las llegadas de Vidal (gol y seis remates en la ida) y responder con mayor eficacia al balón parado bávaro. El equipo de Zidane ha recibido tres goles de estrategia en tres de sus últimos cuatro partidos (Leganés, Bayern y Sporting). Mismos riesgos y uno nuevo: Lewandowsk­i. ► Jugador total. El Bayern añoró en demasía al delantero polaco en Alemania. Su cuota de participac­ión no se reduce al apartado realizador (38 goles). Nadie como él para proteger el balón y proponer una vía de escape hacia cualquier zona. Con Thiago forma una alianza productiva. Ha dado cuatro asistencia­s al ex del Barça.

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