El Athletic sigue firme
Vuelve a territorio europeo ante un Betis respondón
EI Athletic acepta el reto de pelear por la quinta plaza con Villareal y Real Sociedad. Son los inquilinos de la otra liga, que viaja dos peldaños por debajo, tras los aspirantes al título y los de Champions. Apasionante en todo caso. En la segunda vuelta, nadie le tose, y menos en casa. Tardó en desajustar a un Betis férreo, con un muro atrás y concentración de futbolistas en la zona central, pero un penalti riguroso le abrió el camino hacia una velada menos más plácida de lo inicialmente sospechado. Susaeta, con el brazalete de capitán, regresó a la titularidad y dio un curso de claridad ofensiva y Muniain hasta marcó, cuatro años después, de cabeza. Lo mejor quedó para el final, una muestra de equipo animoso, engrasado, con poderío físico.
De entrada, el Betis dejó sentado que no era aquel Las Palmas de Viernes Santo, que se desmoronó a los pies del Athletic a las primeras de cambio. La línea de cinco atrás mordía y había presencia en campo contrario. Y eso que Susaeta hizo una incursión por su flanco diestro en el minuto cuatro para dar un pase medio a la cabeza de un Aduriz que envió a las manos del portero. Era un primer destello, pero a los leones les faltaba continuidad, meter miedo a un rival muy cómodo por saberse con los deberes hechos. De aquí salir jugando y la finalización de un Ceballos al que el público le reprochó toda la velada una dolencia por entrada de Markel Susaeta que no pareció para tanto.
Se hacía necesario transitar, incidir por los costados, generar superioridades por fuera, por ejemplo con Raúl García cayendo ahí a apoyar. En el minuto 23 Susaeta y De Marcos demostraron que se entienden con una mirada y el de Laguardia ofreció una de esas rupturas al espacio que hasta inspira parte de las conferencias de Bielsa. El balón se fue al palo.
El cuadro verdiblanco tenía una consigna clara: no dejar más de dos ataques al rival, parar con picaresca el ritmo. El minuto 52 aportó la jugada clave: balón hondo a Aritz y entrada de Mendi, que despeja la bola pero el árbitro interpreta que le toca y pita penalti. Lo coló el donostiarra pegado al poste, imparable. Luego marcó Muniain por los aires y recortó Castro tras error de Arrizabalaga. Víctor puso a dos arriba (Alegría y Castro) y tiró una buena presión adelantada. Los leones están en un pico de forma alto y eso ha disparado la euforia. La quinta plaza es una meta a su alcance.