El último de Torres
Marcó en el amistoso en Nigeria que cerró el curso
El partido de verdad comenzó al descanso. Y eso que se iba Oblak. Pero pitaba el árbitro, el fútbol se reanudaba y salía Torres: todo cambiaba, todos los focos a él. Es lo que tiene el fútbol moderno: a 5.000 kilómetros de distancia y una despedida que aún pone la piel de gallina terminó de verdad su Atleti. Fue en un bolo, fue en Nigeria, fue en LaLiga Challenge. Su última muesca en esta historia rojiblanca. Y no podía tener otra música que la que tuvo. La del goooool. De cabeza y poderoso, made in Torres. No podía haber otro punto y final. Fue un amistoso pero valía. Era el último de Torres. Fue victoria.
La primera parte, sin embargo, fue de Oblak. Oblak el mejor portero del mundo. Oblak el muro. Oblak titular. Oblak que a los dos minutos, no fuera a ser que se le oxidaran los guantes, paraba un mano a mano de Nigeria, nada más comenzar, lo firmaba Kadiri. Los de casa le ponían más ganas. Quizá porque se jugaban algo, aunque no se lo jugaran: eran los meritorios de una selección que prepara el Mundial pero no salía con sus titulares. Dio guerra.
Para el Atleti era el cierre. Un amistoso después de la Liga, de la Europa League, en la que del primer equipo sólo saltaron de inicio cinco habituales: Oblak, Juanfran, Thomas, Correa y Gameiro. Pronto se vieron superados por las ganas del equipo anfitrión. Si los otros pensaban en Mundial, ellos ya en playa. Cuando quisieron darse cuenta los guantes de Oblak sumaban una herida, de Nwakali, que Correa al minuto igualó, tras recuperación de Thomas.
Si los nigerianos ponían ganas, los rojiblancos, galones. Tras el descanso el juego tuvo algo más que ver a chavales (Sergi bien; Olabe también; Montero y sus gafas de piscina; Jota, futuro...). Salía Torres. Todos los ojos a él. Aunque Correa pretendiera seguir alborotando, aunque saliera Vitolo, aunque Torres sumara dos ocasiones antes de su gol.
De cabeza llegó el momento. Su último tanto, el último de verdad. De cabeza llegó a diecisiete años más tarde y tanta distancia de Albacete, emocionante igual. Lo firmaba El Niño, lo firmaba Torres. 1-2, punto y final. Aunque no lo fuera del partido. Aunque después Nigeria hiciera el 2-2. Aunque Borja cogiera testigo (¿relevo?) y enviara un balón a la escuadra para ponerle la victoria, el 2-3 al adiós de Torres, el de verdad. Cómo se le va a añorar.