Dudas sobre Poyet y tres jornadas para su examen
No ha convencido su inicio. Nervión, un test decisivo
El presidente Ángel Haro volvió a cargar contra la Prensa en los medios del club y a evidenciar el clima de creciente nerviosismo que existe en la entidad por los pitos, el resultado y sobre todo las sensaciones que dio el Betis el pasado viernes ante el Deportivo. Se extiende en el Consejo y también por algunas otras estancias del Benito Villamarín el temor a repetir otra campaña de mediocridad como la que se vivió el año pasado. Hay dudas sobre la planificación de Miguel Torrecilla, que quedará incompleta a pesar de que llegue un central, pero sobre todo con la idea de juego y el pulso de un equipo que en los últimos ensayos de pretemporada y los dos primeros encuentros de Liga no ha transmitido prácticamente nada. Como suele ocurrir, el principal señalado es el entrenador, en este caso un recién llegado: Gustavo Poyet.
Resulta evidente que con sólo dos partidos de Liga jugados, un punto en uno de ellos, ni siquiera se ha manejado el tema de la destitución. Pero en el seno del Betis no temblará el pulso si en los próximos encuentros el equipo no comienza a dar señales de mejora y, sobre todo, a ganar partidos. Mestalla contra el Valencia, Granada en casa y sobre todo el derbi del Sánchez Pizjuán definirán el futuro inmediato del técnico uruguayo en Heliópolis. Cero victorias, escasa pólvora o debilidad y, sobre todo, alguna derrota estruendosa (sobre todo si es de nuevo contra el eterno rival) podrían acabar con el crédito de Poyet mucho antes de tiempo.