Cuando el Madrid huele la sangre y los títulos

Se acercan los momentos decisivos y como casi siempre el Madrid está en la pomada. Es envidiable la manera en la que en los últimos dos años, con Zidane al mando, afronta la parte final, cuando se deciden los títulos.

El año pasado peleó una Liga prácticamente perdida hasta el final y eso le ayudó a mantener la tensión competitiva necesaria para ganar la Champions. Este año defiende la que tenía casi ganada (y que ahora tiene más complicada, pese a la bola extra de Vigo) y, por otra parte, ha metido prácticamente los dos pies en la final de Cardiff, por mucho que vayamos a los tópicos motivacionales para la vuelta en el Calderón.

Mérito sin duda de la gestión de equipo de Zidane, porque es muy difícil mantener el nivel simultáneamente en dos competiciones tan exigentes. Mérito también de un Cristiano enchufado en la fase decisiva, que definitivamente parece haberse adaptado a su rol de rematador. Eso sí que puede alargar su carrera.

Hace falta que respeten las lesiones (Carvajal, Pepe...), que se mantenga la cabeza fría ( Casemiro, Ramos y, sorprendentemente, Isco han estado señalados) y la mejor versión posible de esos fichajes de relumbrón que no han dado aún el retorno de su inversión (James, Danilo). Puede ser un año histórico si se consigue el doblete, pero también lo es por el hecho de llegar así a la parte final, con la ilusión y las posibilidades más que intactas.

Cada error se castiga con medio título y no se puede cometer ninguno si se quiere lograr el doble objetivo. El equipo técnico puede tener una buena ocasión de demostrar su excelencia preparando una buena estrategia contra el entramado defensivo de la Juventus, cuyos números no asustan pero sí preocupan.

Alberto Rodríguez Ferreras

Burgos