AS (Sevilla)

Asensio también es cosa seria en la Selección

Es un maestro para tomar decisiones correctas en todas las zonas del campo

- SANTIAGO SEGUROLA

Futuro Se postuló como fijo, y quizá titular, en el Mundial de Rusia

España No está diseñada para soportar los ataques de los rivales

El extraño partido ante Colombia nos mostró a una Selección que jugó bien a ratos. Cuando fue reconocibl­e superó a los sudamerica­nos con cierta facilidad. El choque también sirvió para ver la respuesta de los menos habituales y, entre ellos, sobresalió Asensio, el mejor en el segundo tiempo.

Por esas cosas del calendario y del éxito del Real Madrid en la Copa de Europa, la Selección jugó un extraño partido frente a Colombia. Varios jugadores llevaban casi dos semanas de descanso, otros –Carvajal, Isco y Sergio Ramos– tenían permiso para descansar después de la final de Cardiff, algunos no ingresaron –De Gea, Thiago, Busquets y Costa– en el partido porque se supone que serán titulares ante Macedonia en el encuentro de clasificac­ión para el Mundial y varios jóvenes tuvieron la oportunida­d de probarse antes de embarcarse para el Europeo Sub-21 que comenzará la próxima semana en Polonia. A todo eso se añadió el agotador y divisorio ritual que preside los partidos de Piqué con la Selección. Es evidente que Lopetegui tiene que gestionar un circo de tres pistas.

El empate dijo lo correcto de un partido que atravesó del control de la Selección a momentos de descontrol. Nada perjudica más a España, un equipo que se distingue desde hace mucho tiempo por su dependenci­a de la pelota. Sin ella sufre. No está diseñada para soportar los ataques de los rivales. Hay equipos que se mueven con astucia en el descontrol. La Selección, no. Si pierde la posesión, por retórica que sea en ocasiones, se expone a pésimas noticias. De eso trató el duelo con Colombia.

España jugó bien a ratos. Cuando fue reconocibl­e, superó a Colombia, hasta con cierta facilidad. No era sencillo porque el equipo de Pékerman jugó con la máxima intensidad que pueda registrars­e en un partido amistoso. Las lesiones planearon durante toda la noche. Abundaron las fricciones, y eso habló de la exigencia del encuentro. Lopetegui dejó fuera del equipo a cinco o seis de los titulares en Macedonia: De Gea, Carvajal, Sergio Ramos, Busquets, Thiago y Diego Costa. Más del 50% del equipo. Por lo tanto, el partido sirvió menos para medir al equipo antes de una fecha crucial que para observar la respuesta de los menos habituales.

Jugó Illarramen­di cuatro años después de ganar el Europeo Sub-21 junto a Isco, Koke y Thiago y Morata. Los cinco figuran en la lista de Lopetegui, que ha decidido tirar de aquel equipo para completar la transición del fútbol español. Illarramen­di ha levantado su rendimient­o con respecto a su atonía en el Real Madrid. Está claro que es feliz en la Real, en el entorno donde se siente valorado. Contra Colombia, funcionó muy bien en la distribuci­ón, pero sufrió defensivam­ente. No es Busquets en este aspecto. Illarramen­di se encuentra más cómodo en el doble pivote que en solitario.

Los momentos más interesant­es correspond­ieron a Silva como falso nueve. Marcó un gol y dispuso de una oportunida­d clamorosa en el primer tiempo. Todavía hoy, después de tanto debate, parece que la Selección se siente más cómoda cuando un centrocamp­ista se ocupa de desorienta­r a los centrales, sobre todo si son grandes y pesados como los colombiano­s.

No fue la noche de Jordi Alba, sin impacto ofensivo, con graves problemas de marcaje y enredado en sus cuitas con Cuadrado. Al equipo le faltó solvencia para comprender que su mejor alternativ­a defensiva era la posesión pura y dura. Se fracturó y permitió la irrupción de James, cuya jerarquía en Colombia es indiscutib­le.

El encuentro sirvió tanto para analizar a algunos veteranos –a Azpilicuet­a, pese a la incomunica­ción con Reina en el primer tanto colombiano, se le nota la confianza que ha adquirido en el Chelsea, donde es fijo en las alineacion­es– y para atender al rendimient­o de los jóvenes, donde dos jugadores mostraron su opuesta naturaleza. Uno es Deulofeu, un extremo que resuelve o desespera, sin término medio. En París jugó mejor que nunca. En Murcia fue el confuso delantero que ha viajado de equipo en equipo en los últimos años.

Marco Asensio está en las antípodas de Deulofeu. Juega con una naturalida­d sorprenden­te. Es un maestro para tomar las decisiones correctas en todas las zonas del campo. Fue el mejor del equipo en el segundo tiempo y se postuló como fijo, y quizá titular, en el Mundial de Rusia. Asensio no sólo es una gran noticia para el Real Madrid. Es un notición para España.

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BRILLANTE. Asensio jugó ante Colombia con gran naturalida­d.

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