AS (Sevilla)

Manuel Díaz Vega “Trabajamos para tener un criterio uniforme”

- ROBERTO GONZÁLEZ

De los creadores de la ‘ocasión manifiesta de gol’ y el ‘ataque prometedor’ llega este verano ‘la mano invasiva’, un concepto a dominar cuanto antes para reinar en las tertulias futbolísti­cas de esta nueva temporada. Los árbitros llevan 17 años haciendo la pretempora­da y uniformiza­ndo criterios en Santander. La semana pasada estuvieron los de Primera y desde ayer los de LaLiga 1|2|3. Los dirigentes arbitrales pretenden que su concentrac­ión sea una burbuja al margen del escándalo que sacude al fútbol español.

➥ ¿Qué tal la concentrac­ión de pretempora­da de los árbitros de Primera?

—Bien, cumpliendo los objetivos. Físicament­e todos están a un gran nivel y hemos trabajado también aspectos puramente técnicos de cara a la próxima temporada.

—¿Tendrán los aficionado­s que asimilar muchos cambios en la interpreta­ción de las jugadas este año?

—No. Realmente esta temporada no hay muchos cambios, pero sí que buscamos dar instrument­os a los árbitros para poder dar una interpreta­ción homogénea a determinad­as acciones que nos han venido creando problemas y eso, claro, hay que trabajarlo.

—Han trabajado varios días sobre las acciones de mano... —Es una de las acciones clave. La regla nos dice que debe ser sancionada cuando hay dolo, cuando un jugador busca obtener de manera deliberada un beneficio ilegal en detrimento del adversario, con la dificultad añadida de que el infractor suele intentar disfrazarl­o con el fin de que el árbitro no le delate. Para dar herramient­as al árbitro tratamos de acorralar el gesto y lo catalogamo­s como de invasión, que es lo punible, o de regresión, —¿Nos olvidamos de lo de mano voluntaria o involuntar­ia? —Da igual. Lo importante es si hay una mano invasiva, es decir, que ocupa un espacio que dificulta el juego del rival. Y esa mano invasiva puede ser por acción, hace un gesto para ocupar más espacio (por ejemplo, abre los brazos ante un tiro del rival, o levanta un brazo al lanzarse a cortar un pase), o por omisión, es decir, aun teniendo los brazos ocupando un espacio con anteriorid­ad a que el rival chute, no hace ninguna intención de retirarlos cuando se produce el disparo o el pase.

—¿Y si el toque con la mano se produce pese a que indudablem­ente está retirándol­a, cuando se gira, por ejemplo, pero aun así hay contacto? —Si yo estoy en un espacio y trato de retirarme, porque no quiero participar, no quiero perjudicar al rival, eso es una acción regresiva.

—¿Y no es sancionabl­e?

—No. Si me giro para dejar libre el espacio que ocupaba mi mano en una acción claramente evasiva, no es sancionabl­e. Lo mismo que en caso contrario, en la acción evasiva el gesto delata al futbolista, en este caso para que la mano no sea sancionabl­e.

—¿Y en las barreras, si el balón pega con el brazo de uno de los defensores que se está protegiend­o?

—Mismo criterio. Si la mano ocupa un espacio extra, si levanta las manos por encima de la cabeza, por ejemplo, aunque se gire, es mano. Si, en cambio tapa con sus brazos su propio cuerpo, buscando protección, si no ocupa un espacio suplementa­rio no será sancionabl­e. —Eso es un cambio de criterio, esas manos de autodefens­a sí se venían pitando...

—Unas veces sí y otras no, ahora queda claro que el criterio es siempre el mismo, dentro o fuera del área, en juego o balón parado: mano invasiva se sanciona, mano evasiva, no.

—Vamos con el fuera de juego, ¿hay novedades? —En la regla, ninguna, pero en la interpreta­ción vuelve a tener que ver con la ocupación del espacio. La FIFA entiende que si un futbolista que no tiene dos rivales entre él y la línea de meta cubre un espacio que crea un impacto sobre el adversario, portero o defensa, que mediante su gesto estorbe, moleste o interfiera a un adversario debe ser sancionado con fuera de juego. —¿Aunque no toque el balón? —Correcto.

—Últimament­e se ve mucho un atacante que, en el saque de un golpe franco, se mete cuatro o seis metros en fuera de juego sin ánimo de tocar el balón, sino como parte de una acción de estrategia, ¿le pitarán fuera de juego?

—Siempre y cuando cubra un espacio visual que al portero o al defensa le moleste en su campo visual. Si está en un lateral y no distorsion­a, si luego no toca la pelota no es sancionabl­e.

—Falta a 25 o 30 metros de la portería y el jugador, en la trayectori­a más o menos del balón, se pone a seis o siete metros del portero... —Fuera de juego. Está interfirie­ndo. Ha habido el año pasado jugadas así, que no quiero mencionar para no alimentar la polémica, que han sido más o menos así. —La polémica seguirá estando en determinar si molesta o no, seguirá siendo opinable... —Claro. En el fuera de juego tenemos dos problemas, uno, si el jugador está o no más adelantado no tiene discusión. O lo ves o no lo ves, y para eso está muy pendiente el árbitro auxiliar. La otra, la de la interferen­cia, es más complicada. El jugador tiene libertad total de movimiento­s sobre el terreno de juego y nosotros tenemos que acotar cuando saca una ventaja ilícita de ocupar un espacio irregularm­ente.

—Caso puntual muy discutido en los últimos años: jugador en posición adelantada que ante un tiro de un compañero salta para no tocar el balón, este pasa por debajo y entra en la portería...

—Fuera de juego. Sea voluntaria o involuntar­ia la posición, la interferen­cia la marcaría la distancia. A cinco o siete metros del portero, frontal a la portería, es fuera de juego. Es un estorbo que interfiere al portero.

—No lo tenían tan claro en las últimas temporadas...

—Sí, señor. Es cierto, no lo teníamos tan regulado. —¿Vamos a tener claro qué tarjeta acompaña en las acciones que cortan una ocasión manifiesta de gol? —Muy claro. Si dentro del área se corta una ocasión manifiesta de gol con un agarrón, un empujón, un desplazami­ento sobre el rival o parando el balón con la mano se señalará penalti y tarjeta roja. También si se trata de una zancadilla sin opción de jugar la pelota deberá ser expulsado. Si, en cambio, se produce la falta intentando jugar el balón

Aislados “Solo se nos busca cuando se cree que cometimos un error”

Mateu “No hay diferentes estilos, la prensa ha puesto su foco en él”

será simplement­e penalti, sin ninguna tarjeta añadida.

—¿Y si la ocasión manifiesta de gol se corta fuera del área? —Golpe franco y tarjeta roja en todos los casos. Aunque el derribo se produzca intentando jugar la pelota, el infractor será expulsado.

—Tengo la sensación cuando hablo con árbitros que se sienten señalados, incomprend­idos, rodeados casi, ¿es así? —No..., bueno, se sienten así cuando son denostados injustific­adamente, no cuando son

criticados por una determinad­a actuación, sí cuando se les tilda con ciertos adjetivos que no están relacionad­os con el deporte, cuando se meten con sus familias, en lo personal... —¿Por eso se han aislado? Le pongo un ejemplo: he querido entrevista­r a un árbitro que lleva diez años en Primera División, internacio­nal, con mucha personalid­ad en el terreno de juego, y no solo no ha querido hablar sino que ha confesado que jamás ha concedido una entrevista... —Quien entiende el arbitraje no necesita explicació­n y quien no entiende el arbitraje no lo va a entender, porque busca algo partiendo de la desconfian­za al individuo. Y nosotros pedimos precisamen­te eso, confianza. La evidencia es que solo nos buscan cuando alguien entiende que se ha producido un error en un determinad­o partido. —Hablemos de estilo de arbitraje, tengo la sensación de que en los últimos años están tendiendo a dirigir los partidos ‘a lo Mateu Lahoz’... —Buscamos una línea basada en la consistenc­ia, en la homogeniza­ción y en la coherencia porque creemos que el profesiona­l y el aficionado tiene derecho a saber lo que le espera en el arbitraje. Ni hace años había ‘halcones’ y ‘palomas’, ni ahora tampoco hay estilos diferentes. —No me negará que ese arbitraje que permite mucho más contactos, que lleva hasta el límite la posibilida­d de no cortar el juego, eso que se identifica con Mateu ha... —Absolutame­nte, no. Coherencia, consistenc­ia y una extraordin­aria preparació­n. No hay estilos de arbitraje, sino que el árbitro se va adaptando a los cambios normativos que se han ido produciend­o. Lo que pasa es que, por la razón que sea, los medios de comunicaci­ón han puesto el foco en un magnífico árbitro que es Antonio Mateu, que lo es no porque tenga un estilo diferente.

—¿Así que no buscan más ‘Mateus’?

—No. Cada uno tiene su personalid­ad y nosotros solo buscamos que sean ejemplares en su comportami­ento y en su calidad humana. Eso no se negocia. No nos podemos permitir que se nos pueda señalar por errores fuera del campo del tipo de, no sé, triplicar la tasa de alcohol permitida o cosas así, por ejemplo. —¿Y eso lo asumen todos?

—Por supuesto. Es que es así, no se negocia. Si tu quieres tener determinad­os comportami­entos puedes ser muchas cosas en la vida, pero a lo mejor no puedes ser árbitro. Afortunada­mente, la selección que se va haciendo, y eso es responsabi­lidad del gran trabajo de Victoriano Sánchez Arminio, hace que estemos muy orgullosos de ellos también fuera del terreno de juego.

Ejemplares “Lo único que no se negocia es la calidad humana del árbitro”

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