Sin presión pero con la obligación
La primera final del curso, la que obsesionaba a todos y con motivos, quedó resuelta. El Sevilla estará en Liga de Campeones y a estas alturas el fin logrado justifica los medios utilizados. No convenció el equipo de Berizzo, estuvo a punto de quedarse fuera pero al final consiguió lo que pretendía. Para ello, eso sí, se alineó un once de circunstancias ante el Espanyol que provocó que dos puntos volaran de Nervión en la primera jornada. Es por ello que, sin presión de hipotecar la temporada con una eliminación, ahora aparece la obligación de comenzar a orientarse en LaLiga. Es sólo la segunda jornada pero las dos semanas de parón se pueden hacer eternas si el equipo no comienza a convencer a su parroquia.
La sensación es que el Sevilla necesita soltarse. Ante el Basaksehir el equipo dio sensaciones muy positivas en el arranque, pero el gol de los turcos cambió el guión del partido y el miedo atenazó a los de Berizzo. No es Getafe la plaza preferida del Sevilla y no acuden los de Nervión con todos sus efectivos disponibles, ni mucho menos, pero el peso de estas excusas es escaso. La inversión realizada y las expectativas despertadas obligan a comenzar a responder por la vía de urgencia, porque LaLiga castiga los despistes sin piedad. La falta de presión no puede provocar relajación alguna.