Pere Milla y Diamanká anulan el ‘efecto Trejo’
El Numancia igualó el 2-0 anotado por el rayista en dos minutos
Hubo suspense hasta el final. Giros de guión y protagonismo repartido, igual que el botín. El Rayo se llevó los focos de la primera mitad, en un papel hecho a su medida, con un inspirado Trejo que marcó dos goles en dos minutos. En la segunda parte, el Numancia le dio la réplica y Diamanká se quitó en Vallecas aquel sambenito de secundario.
Míchel mantuvo el once del Tartiere y el Rayo salió afinado desde el principio, así lo demostraron Embarba, con un disparo que atajó Aitor, y Galán, cuyo cabezazo se fue alto. El Numancia buscó la chispa, la explosión. Diamanká probó con un trallazo que placó Alberto.
Las burbujas visitantes pronto se disiparon y ahí el Rayo subió los decibelios. Álex Moreno, impecable por el lateral, centró y Embarba se la dejó atrás a Trejo, quien recortó a Escassi y fulminó al meta numantino. Los nervios invadieron a los sorianos con el 1-0 y Escassi cometió penalti sobre Comesaña al minuto. Trejo no perdonó. Con el partido donde querían, los locales se desinhibían al ritmo de los pases ante un Numancia desdibujado. Desplegaron la imaginación, tal y como requería Míchel, deleitando a la grada.
Los de Arrasate tiraron de fe y salieron más enchufados tras el descanso. Sólo cuatro minutos tardó Pere Milla en recortar distancias, anotando por segunda jornada consecutiva. Así, poco a poco, se metieron en el combate para dinamitarlo. Fue un ex de la Franja, Diamanká, quien asistido por Pere Milla, coló el balón bajo las piernas a Alberto y firmó el 2-2. Al Rayo le costó recuperar las riendas del duelo. Hasta el punto de que Figueroa Vázquez anuló el 2-3 de Manu por fuera de juego.
Los vallecanos pisaron el acelerador con la entrada de Lass y Guerra. El guineano tuvo la última y su desesperación contrastó con el alivio de Aitor. Empate con sabor desigual, aunque ambos siguen sin perder.