AS (Sevilla)

Orgullo de campeón

Froome dominó en la Cumbre del Sol ● Contador no pudo replicar

- JUAN GUTIÉRREZ

Chris Froome sacó su orgullo de campeón en la Cumbre del Sol. Aquí perdió hace dos años ante Tom Dumoulin. No permitió que se repitiera la jugada. El británico lanzó un ataque demoledor a 500 metros de la meta, que esta vez sí reventó a Contador, que careció de chispa para seguir su cambio de ritmo. Sí llegaron a su rueda, poco después, Chaves y Woods, pero sin fuelle para remontar. Froome celebró el triunfo a lo grande, enfundado en el maillot rojo, cada vez más consolidad­o al frente de la Vuelta. Curiosamen­te, esta es ‘sólo’ su segunda victoria de la temporada. La primera: su cuarto Tour.

No fue el único gesto de orgullo que se vio ayer. “Vamos a correr como campeones”, había advertido por la mañana Michael Woods, la revelación de la Vuelta. Los ciclistas del Cannondale habían recibido el sábado la amarga noticia de que no tienen patrocinio para sobrevivir el próximo año. Su reacción ha sido de dignidad y pundonor, “por si aún se puede arreglar”, y camino de la Cumbre del Sol tomaron la cabeza para neutraliza­r la escapada. Fue un acto reivindica­tivo: “Tenemos nivel World Tour”. Y Woods respondió al trabajo con la tercera plaza en la etapa y la octava en la general.

El orgullo mueve montañas, también las sube, y se manifiesta de múltiples formas en esta Vuelta. Más ejemplos. Bardet, podio en las dos últimas ediciones del Tour, ha venido con ganas, se vio competitiv­o en Andorra, estaba a un minuto y medio tras la primera llegada en alto… Pero en la sexta etapa explotó en la batalla del Garbí y cedió cerca de siete minutos. Ni es su sitio, ni es el sello que quiere dejar. Ayer lo intentó por tierra, mar y aire. Atacó junto a Domont a 36 kilómetros, sin éxito. Luego arrancó en plena subida, replicado por Enric Mas y Carapaz. Agua. Y probó en una tercera ocasión que tampoco le condujo a ningún lado. El Sky había puesto a Nieve al frente del grupo. El jefe tenía hambre y no quería compartir la tarta.

Espejo Lastras. Algo parecido le pasa al Movistar, que prueba un día tras otro, por muchos contratiem­pos que tenga que sortear. Comenzó la carrera sin sus dos líderes, Nairo Quintana y Valverde. Se hundieron sus dos promesas en el primer asalto de montaña, Rubén Fernández y Soler. Se cayeron sus dos veteranas alternativ­as, Dani Moreno y Betancur. Y a pesar de todo, insiste en cada jornada. En el segundo coche llevan un ejemplo de superación: Pablo Lastras. Un espejo. Soler volvió a entrar en la fuga, reincident­e, y no se rindió hasta las cercanías de la Cumbre del Sol. Ahí saltó Carapaz, debutante ecuatorian­o, con más ilusión que posibilida­des. Quien no apuesta, no gana.

En la fuga también había representa­ción del Caja Rural, que no suele faltar a la cita, a veces a pares. Fue el turno de Lluis Mas y Diego Rubio, como otros días lo ha sido de Ferrari, Reis, Sáez, Schultz… Su invitación está justificad­a. Nunca tiran la toalla, lo que pasa es que en esta Vuelta hay mucho nivel… Iba a añadir que ‘nivel Tour’, aunque algunos días incluso más. También hay mucho orgullo de campeón, ese orgullo que ha llevado a Froome a venir a la Vuelta, un año tras otro, para intentar ganarla. Se le ha atragantad­o siempre, por una u otra razón. Esta vez la tiene más encaminada, con esa contrarrel­oj de 40 kilómetros de la última semana. Antes queda montaña de verdad. Que nadie se rinda.

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 ??  ?? EXULTANTE. Chris Froome celebró a lo grande su victoria en la Cumbre del Sol, por delante de Esteban Chaves y Michael Woods. Hace dos años quedó segundo en esta cima.
EXULTANTE. Chris Froome celebró a lo grande su victoria en la Cumbre del Sol, por delante de Esteban Chaves y Michael Woods. Hace dos años quedó segundo en esta cima.
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