AS (Sevilla)

Schumacher: 25 años de su primera victoria

El 30 de agosto de 1992 alcanzó con Benetton en Spa el primero de sus 91 triunfos en F1. De familia humilde llegó a leyenda con talento, trabajo, conocimien­tos de mecánica y un mánager clarividen­te

- RAFA PAYÁ

El 30 de agosto de 1992, Michael Schumacher obtenía en el circuito de Spa-Francorcha­mps la primera de sus 91 victorias en F1. Al volante del Benetton Ford Cosworth dorsal 19 derrotó a Mansell, Senna, Hakkinen... tras salir tercero en la parrilla con una estrategia arriesgada, nervios de acero y una confianza plena en sus posibilida­des en una carrera complicada debido a los cambios constantes de estado de la pista: lluvia torrencial, mojado, seco... Hoy se cumplen 25 años de aquella primera gesta, el despegue para el gran público de un héroe que lucha denodadame­nte por dar algún paso adelante tras el accidente de esquí que sufrió en diciembre de 2013. “No soy una leyenda, sólo un tipo con suerte que ha estado donde debía y en el momento oportuno”, aseguraba pocos meses antes.

Hurt-Hermulheim, localidad de Renania, ofrecía pocas opciones profesiona­les en los años 70. La familia Schumacher formada por Rolf, albañil, y Elisabeth, ama de casa, luchaba por salir adelante con esfuerzo y trabajo, pero el pequeño Michael nació con la velocidad y el talento impregnand­o su ADN.

Con cuatro años se empeñó en que su kart a pedales era extremadam­ente lento y aburrió a su padre hasta que le acondicion­ó un pequeño motor de motociclet­a.

El futuro mito de la F1 volaba con su vehículo hasta que un trompazo con una farola hizo que su madre obligara a su padre a guardar el invento y lo llevara a la pista de kárting de Kerpen donde Rolf trabajaba como hombre para todo. Allí le construyó un kart con piezas de deshecho... y comenzó la leyenda. Con seis años ganó su primer campeonato y para que siguiera corriendo su progenitor aceptó un segundo empleo, alquilando y reparando karts en el propio circuito, y Elisabeth trabajó en la cantina de la pista. Su capacidad era tan deslumbran­te que hombres de negocios locales empezaron a subvencion­ar los siguientes pasos. Con doce años obtuvo la licencia de piloto en Luxemburgo, ya que en Alemania no se concedía hasta los 14, y desde ahí, éxito tras éxito jalonaron su adolescenc­ia. En 1987, tras cumplir 18, hizo algo clave en su carrera: compatibil­izó los coches con un trabajo de mecánico donde aprendió sus conocimien­tos de mecánica que tanto le valieron.

En 1989 firmó por el equipo WTS propiedad de Willi Weber, que desde entonces guio su carrera. Le convenció para ingresar en el programa de Mercedes del Mundial de prototipos, junto a Frentzen y Wendlinger. “Exponerte a conferenci­as de prensa profesiona­les y conducir en resistenci­a te ayudará”, le dijo. Sabio consejo que se unió al hecho de que enamoró a Corinna, entonces novia de Frentzen, que luego se convirtió en su esposa y madre de sus dos hijos. La clarividen­cia de Weber también fue fundamenta­l cuando la oportunida­d surgió en agosto de 1991.

Bertrand Gachot, piloto de Jordan, chocó con un taxista en Londres durante sus vacaciones. Le agredió con un gas paralizant­e y acabó en prisión perdiéndos­e la cita de Spa. Weber se enteró y convenció a Eddie Jordan para hacerle una prueba: “Ha corrido allí cien veces”. El test fue en Silverston­e, sin piezas de repuesto y con el coche de la carrera. A las tres vueltas batió el récord

Leyenda “Sólo estuve donde debía y en el momento oportuno”

Esencial Con 18 años conjugó los coches con un trabajo de mecánico

del circuito. Al día siguiente, Schumacher llegó a Spa, en un Mercedes 230 Coupé, y reconoció al jefe que ni conocía la pista. Michael sacó su bici plegable y dio dos vueltas mientras su mánager recibía un ultimátum. O firmaban por ese año y tres más o no correría, pero Weber retrasó la rúbrica hasta después del GP... Michael calificó 7º y cenó en una pizzería sin que nadie reparara en él. No le conocían. En carrera, su embrague se rompió a los 25 segundos. Horas después firmaba con Benetton. Briatore no dudó de que estaba ante un piloto único y se lo arrebató a Jordan. “Bienvenido al club de las pirañas”, le espetó Ron Dennis a Eddie al enterarse.

El pasado domingo, en la misma pista belga que nadie dominó como Schumi, su hijo Mick rodó con el Benetton de 1994 con el que ganó su primer Mundial. “Tu padre estaría muy orgulloso de ti”, le espetó Pat Symonds al joven piloto de 18 años que corre el FIA F3 European. Sigue luchando, Michael.

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Schumacher en lo alto del podio de Spa en 1992.
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INOLVIDABL­E. Michael Schumacher estrenaba su casillero de triunfos (1º de 91), un apartado en el que sigue dominando con amplia ventaja sobre el siguiente: Hamilton (58).
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