Música celestial
Fútbol ‘Heavy Metal’. Así define el mismo Jürgen Klopp la manera de jugar de su equipo, este vertiginoso Liverpool. Lo sufrió el Sevilla, heroico ante las acometidas de
Mané, Firmino, Wijnaldum y sobre todo el egipcio Salah. Pero el gol de Correa desenchufó la guitarra eléctrica para ponerle al sevillismo un poco de música celestial.
Casi sonó el acordeón. Repite el heredero de Monchi Óscar Arias que Luis Muriel tiene muchas más cosas que el gol. El colombiano estuvo a punto de marcar el 2-3 en el último instante y se le sigue esperando en la red... pero ya ha hecho algo casi tan importante: asistir a Correa. Dice Muriel que la primera vez que marque lo celebrará como tocando el acordeón, una de sus pasiones. Anoche se mereció algunos acordes.
Pérfida Albión con Berizzo. Si es importante y meritorio no perder, ganar hubiera resuelto una maldición blanquirroja, nunca se ha conseguido conquistar Inglaterra en partido oficial: Manchester, Bolton, Londres contra el Tottenham y el Arsenal, Leicester... y Liverpool. Siempre ocurre algo extraño en las noches de la isla: ayer, la expulsión de
Berizzo.
Un rato de 2-5. Fue el resultado que rotuló la tele durante segundos cuando acababa de empatar el Sevilla, para sorpresa de aquel espectador que sintonizara entonces. El 2-2 real no aparece tan rotundo, pero sí que sabe como un trocito de gloria, gran resultado en uno de los templos del fútbol mundial... y primer paso hacia los octavos. Quizá, como líderes.
Guardianes en Anfield. El gol del Tucu calló a The Kop y permitió escuchar a los sevillistas presentes entonar el “Animar a mi Sevilla es pa mí un privilegio’. Se les sintió, como siempre: inasequibles al desaliento. Guardianes de Nervión. Guardianes en Anfield.