“No da miedo la báscula, sí entrenar con el Profe”
Diego Costa llegó ayer Barajas: “Al fin estoy en casa, en el Atleti”
Diegooo, dale caña a Sergio Ramooos”. El grito salió de pronto de la gente que esperaba detrás de la valla ante la puerta 10 de las Llegadas a la T4 en Barajas. Costa, que en ese momento atendía a los medios, más de treinta, cuarenta, lo oyó y no pudo evitarlo: se le escapó una media sonrisilla. Al fin estaba en casa.
“Ha tardado demasiado, pero ha tenido un final feliz”, aseguró nada más cruzar esa puerta 10, a las 16:06, una hora después de que el vuelo JJ8064 de Sao Paulo arribara en Madrid. “Estoy muy contento”, añadió, pero tampoco hacía falta, ya lo contaba su cara, su sonrisa inmensa.
“Espero dar lo mejor como siempre ha sido y que las cosas salgan bien. Las ganas nunca van a faltar por mi parte”, dijo, antes de hablar sobre de donde viene, el Chelsea. Todo fueron buenas palabras. “Tenía ganas de volver. No voy a ser ingrato con el Chelsea que allí también era muy feliz, jugando en un equipo que era muy grande. El Atlético es mi casa y aquí estoy”. Su salida, le hubiese gustado, que fuera de otra manera, más fácil. “No es algo que quería que fuera de esa manera, jamás. No soy una persona que iba a manchar la imagen. Saben como soy. Estoy aquí y es otro tema”. Aunque nunca pensó que no volvería al Atleti, que no se haría. Eso también lo confesó.
Aquí, aquí, aquí. Y ya. “Siempre te pones un poco nervioso con el tiempo que va pasando”, adujo. Pero sabía el esfuerzo de Miguel Ángel Gil para que volviera. Lo sabía y ayer quiso agradecérselo. “Ha hecho un gran esfuerzo y se lo agradezco. Intentaré de alguna manera dar las gracias”, musitó mientras de fondo, el chico del grito de antes se había pasado al cántico. “Costa oe oe, Costa oe oe”.
Camiseta blanca, vaquero, mochila a la espalda y sin barriga, por cierto. Porque Costa está bien, delgado, en buena forma. A su llegada también habló de ello. “No estoy tan mal como algunos dicen...”. Y, si lo estuviera, tiene remedio: Profe Ortega. Tres meses con él. “Me va a poner fino. Me dan miedo sus entrenamientos, no la báscula”. Pues eso.
Chelsea “No quería que mi salida fuese de esta manera, jamás”
Físico “Son tres meses sin jugar... Pero no estoy tan mal como dicen”