AS (Sevilla)

“No me preocupa que Rossi quiera venganza”

Marc Márquez no se muestra intranquil­o por el papel que pueda jugar Valentino en el desenlace de un campeonato igualado: “Si eres el mejor en la pista no dependes de nadie, vas más rápido y ganas”

- MELA CHÉRCOLES

Entrevista­r a Marc Márquez a los pocos días de que el Real Madrid pierda en casa con el Betis supone que te vacile nada más verle. Es futbolero y culé, con lo que hay pique sano con los madridista­s. Ni dio tiempo a hacer la primera pregunta. Salió de su boca, con retranca: ‘¿Qué hacía el miércoles a eso de las doce menos cuarto de la noche?’... —Pues ver al Madrid palmando sorprenden­temente contra el Betis… ¿Le felicito ya por el título de Liga del Barça? —(Risas). Qué va, qué va. Todavía no somos campeones. Hace dos años le sacábamos al Madrid 12 o 13 puntos y ganamos sólo por uno. Hasta que no cae la bandera a cuadros… La plantilla que tiene el Madrid es para ganar en Europa y en España. —Hablemos de motos. Vaya sorpresón la reaparició­n tan rápida de Rossi, sólo tres semanas después de haberse roto la pierna. —Lo que más sorprende es la motivación que tiene para volver. Cuando te haces daño, lo que acorta plazos son las ganas de volver, pero estando en su situación, ya con una carrera perdida y estando lejos en el campeonato, sorprende su ilusión y sus ganas. Le hace volver su pasión por las motos. La misma ilusión que le lleva a conseguir los resultados que consigue con su edad (38 años) es la que le ha llevado a volver tan rápido. Es el secreto. Su pasión por las motos. —¿En eso le gana Rossi? —Mi pasión por las motos también es máxima. Vivo por y para ellas. No me imagino una vida sin las motos y ojalá pueda tener su pasión e ilusión por ellas cuando llegue a su edad. —¿Hasta qué edad se ve dando gas sobre el asfalto? —Ahora mismo te digo que hasta que el cuerpo aguante, pero las lesiones te tienen que respetar y es muy importante el entorno. Valentino ha hecho una cosa muy buena, que fue crear su academia. El simple hecho de entrenar con chavalines y estar con ellos, hablar y reírse con ellos, permite que nunca entrene solo y esto es lo que le hace seguir así. La motivación para las carreras siempre la tienes, pero la clave es tenerla para el día a día, porque cuesta un poco más el ir a entrenar, y a él le sale de esta manera.

—¿Se ve montando una academia de ese estilo en Cervera algún día? Aún a riesgo de que digan que copia a Rossi. —(Sonrisas). No lo sé, pero tengo claro que cuando me retire de una manera u otra seguiré involucrad­o en las motos, porque es mi pasión. Aquí hay muchos expilotos trabajando que podían quedarse en su casa y es por la pasión que sienten. A veces decimos que nos gustaría estar en una isla, pero a los diez días estaríamos aburridos y sin saber qué hacer. —¿Le preocupa que Rossi pueda ser el árbitro del Mundial? —No, porque creo que habrá más árbitros.

—Se lo digo porque él mantiene la teoría de que usted ayudó a Lorenzo a que le ganara hace dos temporadas. ¿No teme que pueda querer buscar venganza a su manera por aquello? —Sí, pero… Seré claro. No me preocupa eso, porque si eres el mejor en la pista no dependes de nadie. Puede sonar arrogante o puede sonar de muchas maneras pero, si tú haces la faena bien hecha, ganas y vas más rápido que ellos. —¿Y si alguien corre para evitar que gane?

—Que no te pillen. Sales y te vas. Si vas más rápido no dependes de nadie.

—¿No contempla que busquen contacto en una frenada? —En mi cabeza no se contempla esa posibilida­d. Esperemos llegar mejor. —Y los pitos que le dedicaron en Misano son más propios del fútbol que de las motos... —(Se ríe). Claro. En el fútbol es multiplica­do todo eso, pero es normal cuando un deporte crece como han crecido las motos. Antes lo seguían los entendidos y cuando crece llega a más gente y cada uno opina lo que quiere, unos entienden más y otros, menos. Para mí es bueno que crezca el deporte aunque también implique cosas malas.

A Rossi le hace volver antes su pasión por las motos, ese es su secreto”

Cuando me retire seguiré involucrad­o con las motos de algún modo”

—¿Le viene en el mejor momento correr en Aragón por todo lo que vivió en Misano? —Es que no le doy importanci­a. No puedo perder el tiempo en eso si quiero ganar este Mundial. Después de la caída del warm up de Misano no podía estar pensando en que me habían pitado sino en por qué me había caído y cómo podía mejorar la moto para ganar.

—Algo sí que pensó porque lanzó besos a la grada.

—Está claro que escuece, y que te gustaría rebotarte, pero no ganas nada y ganan ellos, les das bombo.

—¿Cómo se gana este Mundial? —Es el más apretado y de los más difíciles desde que yo estoy aquí. Es muy bonito para los espectador­es y muy difícil para el equipo y los pilotos. ¿Cómo se gana? Una de las claves es olvidarte un poco de todo y centrarte en tu box, trabajando por y para lo tuyo. Con eso ya tienes algo ganado. Luego hay que tener un punto de suerte, pero esa suerte hay que perseguirl­a y buscarla. Yo digo que es un Mundial a tres, pero con la boca pequeña, porque Dani puede ganar aquí. Después de esta carrera estará todo más definido.

—¿Los compañeros de equipo tendrán este año un papel más destacado que nunca?

—Yo creo que sí, que se verán órdenes de equipo. No me gusta, porque el primer rival es el compañero, pero hay una marca que ha invertido dinero y quiere ganar el Mundial. No se ha hecho nunca en Honda y no se ha hablado de esto. Espero que no haga falta hacerlo y que venga por sí solo. A ver qué pasa. —¿Cuándo va a empezar a negociar su próximo contrato? En 2018 todos finalizan...

—Cada año se empieza a hablar antes. (Risas).

—¿No ha comentado ya nada con Honda para 2019? Uno de los rumores es que usted acabará algún día con KTM y los colores de Red Bull…

—No, no. (Risas). No se ha llegado a hablar nada porque yo tampoco quiero. El año pasado fui uno de los que más lo alargó. Tiene que ser una situación incómoda firmar en febrero, porque sabes que te vas a ir y tienes que trabajar con el equipo todo el año, como le pasó a Lorenzo. Yo prefiero ver cómo va todo y ahora mismo mi corazón es Honda. También hay momentos en los que el corazón se parte un poco. —¿Cuáles? —Cuando la moto no está como quieres. Ahora es un momento dulce en el que me sale todo y me encuentro cómodo, pero en las cinco primeras carreras era una odisea subir a la moto. —De todas las Honda que ha tenido la mejor fue la de 2014. ¿Se parece ésta a aquélla? —Sí, se parece, pero los otros han mejorado. A nivel de sensacione­s me encuentro muy bien, pero se tiene que ir muy al límite. En 2014, me encontraba cómodo y podía mantener un pequeño margen, mientras que ahora voy al límite. Por eso son las 19 caídas que llevo. —Sabe controlar cuándo puede caerse y cuándo no.

—¡No me quiero caer nunca! —Pero entiende que forma parte del juego. ¿La caída del ‘warm up’ en Misano le salvó de caerse en la carrera? —Probableme­nte me hubiera caído sin esa caída. Casi seguro, al ochenta por ciento.

¿Renovar? Mi corazón es Honda, aunque a veces se te parte un poco”

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