Balaídos mide las dudas

El Atleti, sin Koke, necesita ganar ante un Celta al alza

Ganar, ganar o ganar. La frase de Luis hoy más que nunca sobrevuela al Atleti. Porque necesita ganar, y no porque sea imperioso en Liga, es cuarto, está ahí. Necesita ganar porque hace casi un mes que no lo hace. Uno. Desde el 23 de septiembre, casi verano. Hoy el invierno se ha instalado en su vestuario. Un invierno llamado empates (6), más que victorias (4). Un invierno llamado Chelsea, llamado Champions, un invierno traído de Bakú. Balaídos debe devolver el otoño, la calidez de la victoria.

El año pasado ya lo hizo. El Atleti llegó con dudas y se fue con un 0-4. El de hoy, sin embargo, será partido diferente: a Simeone le faltará Koke. El que siempre está ahí, para ofrecerse, equilibrar. Aunque parezca no estar, no influir, lo hace y para el Atleti jugar sin él es como hacerlo en el desierto: los pies siempre se enredan en la arena. Falta Koke, la luz, el agua.

También estará Carrasco, molestias en la rodilla, pero es distinto: siendo el rojiblanco más diferente, ése capaz de cambiar un partido con un quiebro, regate imposible, se cree Beckham sin haber llegado aún, todavía, a ser Carrasco. Correa (en la derecha) y Saúl, a la izquierda, para dar entrada en el centro a Thomas con Gabi es el movimiento del Cholo ante sus ausencias.

Habrá otro atrás, pero distinto: Lucas puede entrar en el lateral izquierdo para dar descanso a Filipe. Donde nada se moverá será arriba. La delantera, la de Bakú. Es decir Griezmann (7 goles le ha hecho al Celta). Es decir, Gameiro, otra oportunidad más. Quizá la última.

Y si el Atleti está en depresión, el Celta es lo contrario: ánimo al alza. Se disipan las dudas del inició del proyecto Unzué. Cuatro partidos sin perder. Se siente fuerte. Y Mallo vuelve, y también Maxi Gómez, y Aspas al fin se estrenó la jornada pasada: hat-trick a Las Palmas, bota afilada.

Su campo, Balaídos, en los últimos años suele sonreír al Atleti (cuatro victorias de cinco). Hoy, sin grada Río por problemas en la cubierta, otro sino, será escenario del más difícil todavía rojiblanco: convertir el ganar, ganar o ganar, en realidad, un mes después. Y sin Koke.