El Celta se sube al tren de Europa guiado por Aspas
El equipo vigués se sitúa octavo tras vencer al Leganés
No podía ser otro. Fue Iago Aspas quien apareció para honrar al Toto. Y curiosamente lo hizo de penalti, en el mismo área hasta la que saltó Berizzo para salvar su puesto a los pocos meses de llegar. Con pie y medio en la calle, se introdujo en el campo para convencer al árbitro de que el penalti señalado no existía. Y lo convenció, y salvó el puesto. Ahí se forjó la leyenda de un hombre que ahora sufre el maldito cáncer.
Aspas saltó al campo dispuesto a darle una alegría al Toto. Esperó hasta el minuto 6 (dorsal que lucía Berizzo como jugador celeste) para escuchar la tremenda ovación al argentino y entonces se puso el traje de faena. Fue una auténtica pesadilla para la defensa pepinera y su zurda, una metralleta automática. Cuéllar tuvo que emplearse a fondo para desviar las acometidas del moañés. Hasta que desde los once metros ya fue imposible. Erik Morán cometió un penalti tan claro como evitable y el artillero céltico ya no perdonó.
Al Lega no le sonrió la suerte en ningún momento. Desde el principio hasta el final. Brasanac se lesionó a los veinte minutos, Garitano tuvo que retirar a Muñoz al descanso debido a su mala noche y al inicio del segundo acto se lastimó el otro central, Siovas. El Celta, tras el descanso, quiso administrar la renta que tantas veces perdió este año. Aún así, los célticos tenían el control y amenazaban con frecuencia la meta pepinera. Un estelar Cuéllar mantuvo con vida a su equipo. Y en el tramo final el Leganés tuvo la opción de sumar.
El banquillo madrileño ya estaba en pie celebrando el tanto de Guerrero, pero se resbaló en el peor momento y no pudo conectar un remate franco a puerta vacía. Esa ocasión metió el miedo en el cuerpo a los celestes. Las piernas locales empezaron a temblar. Había pánico a desperdiciar otra renta. Pero esta vez no fue así y el Celta logró su segunda victoria consecutiva como local, algo que no lograba desde enero. El Leganés sigue en crisis.