El amor-odio de Setién al Atleti: entre el Sabio y Gil
El técnico del Betis militó tres campañas en el Calderón
Más allá de un antagonismo futbolístico con Simeone que nunca ha ocultado, más bien expresa a los cuatro vientos, la de Quique Setién y el Atlético de Madrid es una relación de amor-odio fraguada durante tres intensas campañas en el Vicente Calderón en su época de cénit futbolístico, cuando incluso llegó a entrar en la lista (aunque no disputara ni un minuto) para el Mundial de México 86 con la Selección española. Del 85 al 88 militó el entrenador cántabro en el Manzanares y su filosofía futbolística quedaría marcara para siempre por los meses que estuvo a las órdenes de Luis Aragonés.
“Luis me metió adrenalina en vena. Cambió mi manera de ver el fútbol, de entender esta profesión. Me metió en el ADN el trabajo, la intensidad, la presión, la exigencia. Yo tenía unas condiciones que me permitían jugar, pero para hacerlo al máximo nivel tenía muchas circunstancias y él me las inculcó. Mejoré considerablemente mis prestaciones como futbolista”, ha afirmado más de una vez el entrenador cántabro sobre el Sabio.
Jesús Gil le pone la cruz a este jóker de lo colchonero. Gil llegó a la presidencia del Atlético en 1987 y acabó forzando la salida de Setién, que no se callaba y criticó la destitución de Armando Ufarte en abril del 88. “Es triste lo que está pasando y que lo permitamos”, dijo. No volvió a jugar y dos meses después, en verano, Gil denunciaba al cántabro, a Arteche, Landáburu y a Quique Ramos en un despido que fue considerado “improcedente” por magistratura, que obligaba a la readmisión. Pero Setién no volvería. Poco después fichó por el Logroñés.
Sobre el Sabio “Me metió adrenalina en vena. Cambió mi manera de ver el fútbol”
Habló claro Criticó que Gil echara a Ufarte y éste le despidió improcedentemente