¿Una tarta con guinda o guindilla?

Nervión echa el cierre a un año de rendimiento incontestable del Sevilla como local al que se espera poner la guinda. Ni una vez se han ido en todo 2017 los abonados sevillistas con el amargo sabor de la derrota en el paladar. Y eso es de valorar, sobre todo cuando el rendimiento del equipo fuera de casa es tan guadianesco. Al Sevilla de Sampaoli y ahora de Berizzo lo han sostenido en amplias fases del año los puntos que se han logrado al calor de su gente. En pocos estadios se le hubiera igualado un 0-3 al Liverpool en 45 minutos, pero en el Sánchez Pizjuán sí fue posible. Por si fuera poco, se puede lograr la victoria mil en Primera y Navas se puede convertir en el jugador que más veces ha jugado en el Sevilla.

Todos estos datos hacen que el hincha sevillista acuda esta noche con un moscardón detrás de la oreja. Todo es demasiado bonito e idílico para que salga a la perfección. Porque enfrente estará un Levante que no debería acarrearle demasiados problemas al Sevilla. Sin embargo, eso mismo se pensó en sus últimas cinco visitas al feudo nervionense, donde sólo cayó derrotado en una ocasión. En el Sánchez Pizjuán se ha lucido Keylor Navas y se ha reído Koné de toda la hinchada vistiendo la camiseta granota. La tarta está lista para la fiesta, pero debe ser coronada con una guinda, no guindilla.